Literatura

Soy Mano: Los goles más gritados

por Víctor Koprivsek

16 de septiembre de 2023 - 10:26

Homenaje sorpresa a un crack del fútbol derquino. Hace un par de lunes, en el predio de River, ubicado atrás del Barrio La Cautiva, se juntó un grupo de amigos para hacerle la despedida a uno de los mejores: Javi Correa.

“Un grande de verdad. Gracias, Javi, por tantos goles gritados”, fue el mensaje que me llegó al WhatsApp acompañado de un par de fotos.

Puro barrio, pensé. Puro potrero.

La idea de los muchachos era que meta una nota sorpresa en El Apogeo de Derqui impreso, sin decir nada para que el vago se encuentre con la noticia.

Así hice, pero fui por más y dije: “Esto merece un Soy Mano”.

Al contemplar los rostros jubilosos en las fotos, pregunté tontamente: “¿Se muda de Derqui Javier? ¿Jugó en algún club importante?”

Y la respuesta fue: “No, es un campeón del barrio, de los potreros de antes, de los campeonatos de papi fútbol que se hacían en el Club Derqui, nuestro goleador de los veteranos, ese amigo que nunca faltó a la cancha y siempre lo dio todo por el equipo, el mejor de nosotros, por eso le hicimos una despedida”.

Impresionante respuesta. Un reconocimiento genuino, digno de compartir en todos los diarios del mundo.

Sin querer arruinar la sorpresa, consulté un poco más sobre este jugador extraordinario.

Javi Correa empezó a jugar con Matosa, donde conoció por primera vez el sabor de la victoria y salió campeón en los gloriosos campeonatos de papi. Después, estuvo en Los Pumas de Derqui; más tarde se sumó a Flecha Azul y también salieron campeones.

Los años, la familia, el laburo no lo detuvieron y siguió de grande, en la cancha, dándolo todo.

Así fue como obtuvo los Botines Blancos, un trofeo que muy pocos consiguieron, por ser el goleador de los veteranos del Poli y del Derqui.

Siempre representando a su pueblo, siempre agradeciendo a sus compañeros y amigos por cada logro.

Así que, como derquino de ley y conociendo a Javi de vista, vende garrafas en el negocio de otro vecino, me sumo a este homenaje sorpresa para un campeón del barrio.

Título difícil de alcanzar, no sólo el de campeón del barrio sino el de buen amigo. Ese que nunca te deja en la parada y cuando hace un gol, lo gritamos todos.

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