Trabajadores de ILVA apuntaron sus protestas contra los directivos de la firma que, este viernes, comenzó a enviar los 300 telegramas de despido con el anuncio de que solo se pagará el 50% de las indemnizaciones aduciendo una situación de crisis.
Apuntaron contra el presidente de la firma, Franco Bocci, y contra el multifacético Patricio Colombo, dirigente empresarial y directivo de Boca. Llegan los telegramas.
Trabajadores de ILVA apuntaron sus protestas contra los directivos de la firma que, este viernes, comenzó a enviar los 300 telegramas de despido con el anuncio de que solo se pagará el 50% de las indemnizaciones aduciendo una situación de crisis.
Los reclamos se acumulan. Pero el más urgente para los trabajadores es el pago de los salarios caídos de la última quincena en la que rigió la conciliación obligatoria, una ayuda que les permita subsistir.
Los escraches de este viernes apuntaron contra el presidente de ILVA, Franco Bocci y contra Patricio Colombo, accionista de la firma a la que representa al frente de cámaras empresariales de Pilar y la Provincia. Colombo fue, además, funcionario municipal tanto en gobierno peronistas como macristas y es, actualmente, miembro de la comisión directiva del club Boca Juniors.
El primero de los escraches tuvo lugar el barrio cerrado El Encuentro, en Benavídez, partido de Tigre, donde vive Bocci. La firma del empresario es la que cierra los telegramas que están recibiendo los trabajadores, todos invocando el artículo 247 de la Ley de Contrato de Trabajo, el que permite reducir al 50% las indemnizaciones en caso de crisis por motivos ajenos a la empresa.
Los trabajadores aseguran que la crisis que aduce la empresa es falsa. Para eso, argumentan que la empresa presentó en dos oportunidades un recurso preventivo de crisis frente al Ministerio de Trabajo bonaerense para poder acogerse a las flexibilizaciones previstas en la ley para casos excepcionales, pero en ambas oportunidades fue rechazado.
A la vez, a mediados de este año ILVA efectivizó una importante inversión en la compra de maquinaria para renovar las líneas de producción, que ya fueron instaladas y calibradas por los trabajadores ahora despedidos.
En tanto, apenas comenzó con el proceso de los despidos, ILVA publicó en los principales sitios especializados búsquedas laborales para cubrir todos los puestos de trabajo.