TRAS EL ACHIQUE DE EMPRESAS EN PILAR

Lumilagro se suma a la ola de despidos en la región

La icónica marca de termos importará el 60% de sus productos. Despidió a más de 200 trabajadores y alquiló parte de su planta de Tortuguitas.

12 de julio de 2025 - 16:16

Pocos días después de que el Gobierno nacional decidiera levantar los aranceles antidumping a la importación de termos y recipientes isotérmicos provenientes de China, medida que había estado vigente desde 2001, la fábrica argentina de termos Lumilagro anunció que comenzará a importar desde el país asiático buena parte de su línea de productos.

La decisión tuvo un impacto brutal con el despido de más de 200 trabajadores, aproximadamente un tercio de la plantilla total con la que operaba hasta hace poco la planta de Tortuguitas, muy cerca de Pilar.

Los despidos de Lumilagro se suman a los también más de 200 que se concretaron hace pocas semanas en Kimberly Clarck, en el Parque Industrial Pilar, en el marco de un clima de achique y concentración de la producción industrial.

La fundamentación que dio a conocer la icónica fábrica de termos fue que hubo una convergencia de factores, como una fuerte caída en la producción nacional, el avance del contrabando y la eliminación reciente de aranceles a la importación de termos.

Se alquila

El gerente comercial, Carlos Bender, declaró que la compañía adoptará un esquema mixto: el 60% de los termos serán importados desde Asia, bajo diseño y control de calidad propios, mientras que el restante 40% continuará fabricándose en el país.

De todos modos, la firma ya apagó los hornos en los que producía sus tradicionales termos de vidrio y alquiló a empresas logísticas varias naves de su planta. En apariencia, no piensa volver a producir en el corto plazo.

“Esto es readaptarse o morir”, explicó Bender y confirmó que ya tienen personal supervisando la producción en China y que el primer embarque está por llegar.

Contrabando

La decisión se justificó en la baja de ventas locales y en el impacto del ingreso ilegal de productos extranjeros.

Pero, además, datos oficiales confirmaron que del volumen de termos que ingresan por contrabando, solo Bolivia —un país sin cultura matera— colocó más de cuatro millones de termos de acero desde China a valores ínfimos, y buena parte de ellos terminaron en el mercado argentino.

Bender cuestionó la falta de controles y los cambios en el sistema de estampillado que dificultan al consumidor distinguir entre productos legales e ilegales.

La Comisión Nacional de Comercio Exterior (CNCE) fundamentó la decisión en el bajo desempeño del sector, que no logró recuperarse a pesar de más de 20 años de protección.

Con este nuevo esquema de producción, Lumilagro intenta sostener su liderazgo en un mercado cada vez más competitivo, marcado por la presencia de productos importados de bajo costo y la falta de controles fronterizos.

La empresa aspira a seguir posicionada en el hogar de los argentinos sin renunciar por completo a su histórica producción local.

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