El empresario Gastón Berganza, imputado por el crimen de Diego Feinmann ocurrido en la puerta del restaurante Fettuccine, aseguró que no se considera un asesino y que hizo "lo que tenía que hacer” para defender su vida y la de las tres mujeres que lo acompañaban.
"Me arrepiento de la consecuencia de mi reacción. Me arrepiento de matar a alguien pero no de haber reaccionado así. No me considero un asesino. No busqué matar a nadie. Hice lo que tenía que hacer”, dijo el también corredor de autos.
Berganza, de 34 años, habló públicamente por primera vez del crimen a balazos del medio hermano de Eduardo Feinmann (33), ocurrido en la madrugada del 21 de noviembre pasado.
El acusado, que espera el juicio en libertad tras haber estado detenido 34 días, dijo que la muerte de una persona "es una cruz” que va a "llevar siempre”.