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Yemanya

Yemanyá, la reina del Mar

Por Redacción Pilar a Diario 2 de febrero de 2022 - 08:49

El agua, como elemento vital por excelencia, está representada de forma prolífica en todas las religiones, mitos y leyendas que se ha dado la humanidad a lo largo de su historia. A ella todas las cosmogonías, sin excepción, le rinden pleitesía. Casi todas como elemento purificador y de renacimiento.

Todos los 2 de febrero le cantan y bailan a Yemanyá, diosa Orisha del mar, considerada la “reina del mar” que llegó al continente americano protegiendo a las africanas esclavizadas.

Yemanyá pertenece a la religión Yoruba. Los yorubas son un pueblo que comparten una lengua en común, creencias y tradiciones espirituales. Las deidades yorubas se llaman orishas, y cada orisha tiene su leyenda y una función en el universo: son las divinidades del amor, del fuego, de la pesca, de la justicia, de la música, de la guerra, de la sabiduría, de la fertilidad.

Producto del tráfico de esclavos, la cultura y religión Yoruba que se expandió fuera de África por el continente americano fue adoptando diferentes formas sincréticas. Cada culto a los orishas fue tomando las particularidades del lugar donde se asentaron los y las africanas. Principalmente lo hicieron en países como Cuba, Brasil y Uruguay.

Yemanyá fue la primera orisha (deidad) del universo. Nació cuando Olofi (el hijo del dios supremo) decidió crear el mundo, después de apagar con agua el fuego que envolvía el planeta. De Yemanyá y Obbatalá (su pareja) nacieron los otros 16 orishas del panteón yoruba.

Es la más poderosa, pero por su carácter arrebatado perdió la hegemonía del mundo, y se le dio el dominio de la superficie de los mares, que al moverse de derecha a izquierda, representa el movimiento de las olas, y el carácter de su personalidad.

Ella es la madre de todos los hijos en la tierra y representa al útero en cualquier especie como fuente de la vida, la fertilidad y la maternidad. Es un Osha y está en el grupo de los Oshas de cabecera. En la naturaleza está simbolizada por las olas del mar, por lo que su baile se asemeja el movimiento de las mismas.

Yemanyá es la reina del amor por excelencia, la dueña de los 7 mares. Su número es el 7 y se sincretiza con la Virgen de Regla del santoral católico. Protege a sus hijos fieles de todo tipo de afecciones relacionadas con el vientre que impliquen enfermedad o muerte a través del agua, la lluvia o la humedad.

Como a toda mujer, a Yemanyá le gusta que le regalen flores; sus hijos deben llamarla con rosas blancas en la orilla del mar y ofrecerle Ochinchin hecho a base de camarones, alcaparras, lechuga, huevos duros, tomate y acelga, entre otras delicatesen.

Las ofrendas, las flores, los cantos y los bailes son fundamentales para complacer a la divinidad. Como en tantos lugares de América, en la ciudad Quilmes, al pie del Río de La Plata, y en Mar del Plata, a orillas del mar, se le rinde culto.

Vestidas de blanco, mujeres y hombre ingresan al río para dejar en las ofrendas, sus anhelos y deseos. Flores, perfumes, collares, monedas, se depositan en pequeñas barcazas que los creyentes construyen y lanzan a las aguas. Se cree que si la barca vuelve a la costa, es porque Yemanyá desoyó la súplica.

Las danzas, los tambores y las fogatas acompañan durante toda la noche. Cuando amanece, es hora de retirarse. Los creyentes caminan de espaldas, mirando mirando al mar.

Por su importancia,  Yemanyá figura en innumerables temas de la música afro caribeña. A ella le han cantado y tocado Celia Cruz, La India, Héctor Lavoe, Tito Puente, Celina y Reutilio, Orquesta Dee Jay, Willie Colón y Sonora Ponceña entre otros. 

La excelente cantante Isabel Pantoja hizo célebre la canción a Yemanyá.

Recordar hoy a Yemanyá es reivindicar a nuestros ancestros, sus luchas y sus dolores que quedaron en el mar.

 

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