El paso del prócer
El trayecto que realizó San Martín junto a sus granaderos desde Buenos Aires hasta San Lorenzo (provincia de Santa Fe) incluyó a Pilar en el itinerario.
En este sentido, las opiniones de algunos historiadores están divididas sobre si el Libertador se detuvo o no a pernoctar en la llamada Posta de Pinazo, a orillas del arroyo del mismo nombre.
Granaderos junto al mástil ubicado en la posta de Pinazo, el pasado sábado 16..
Granaderos junto al mástil ubicado en la posta de Pinazo.
Una corriente asegura que la estancia de San Martín en Pilar tuvo lugar el 29 de enero de 1813, un día después de haber salido de Buenos Aires. En dicho lugar, el General y unos 150 granaderos hicieron noche y cambiaron caballos, para luego, al día siguiente, continuar camino hacia Santa Fe.
“En la posta de Pinazo recambió caballos, fue la última columna que sale para Santa Fe y con un plan concreto”, contaba Eduardo García Caffi, presidente del Instituto Sanmartiniano a El Diario en 2020, y agregaba que como parte del plan estratégico militar “viajaban de noche y paraban de día para no ser vistos. Y en algún momento, cuando se acercaba a mirar la costa lo hacía de civil como para no despertar sospechas”.
Precisamente, según los historiadores, el factor sorpresa fue vital para el triunfo de San Martín frente a los realistas, que lo doblaba en número y armamentos.
“San Martín pasó por Pilar y no por turismo, sino para el comienzo de la gesta y el comienzo del mito”, resaltaba García Caffi. Hoy, la antigua Posta de Pinazo es un sitio histórico en el distrito.
Hermanos Gelves, héroes
El 3 de febrero de 1813 se llevó a cabo el Combate de San Lorenzo, batalla histórica en la que José de San Martín y sus granaderos derrotaron al ejército español en el marco de las guerras por la independencia.
En la ciudad santafesina hubo dos pilarenses: los hermanos Juan Mateo y Luis Antonio Gelves, granaderos que pelearon codo a codo contra el invasor español. Allí, el primero de ellos murió en combate, mientras que el restante resultó herido.
Como pudo reconstruir el historiador Aldo Abel Beliera, ambos habían nacido en las inmediaciones del arroyo Pinazo, zona que hoy forma parte de la localidad de Del Viso, en aquel momento conocida como Cañada de Escobar Arriba.
Eran hijos de Luis Gelves y Francisca Vielma, además de tataranietos por parte materna de una mujer histórica: María Cabezas, quien donó el terreno para la primera capilla en culto a la Virgen del Pilar, en el Pilar Viejo.
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El Combate de San Lorenzo tuvo lugar el 3 de febrero de 1813.
Juan Mateo nació en 1779 y Luis Antonio en 1791, ambos bautizados en la primera Parroquia Nuestra Señora del Pilar.
En aquella jornada de 1813, Juan Mateo Gelves murió a los 33 años defendiendo el suelo patrio. Era parte de la segunda compañía del segundo escuadrón, al mando del capitán Bermúdez.
En cuanto a Luis, se le expidió cédula de inválido por haber sufrido la fractura de su muñeca derecha y, pese haber solicitado regresar a su pago, permaneció en la Casa de Guardia y Almacén de Pólvora del Alto de la Residencia para Cuartel de Inválidos (actuales calles San Juan y Balcarce, en CABA).
Tuvo que pasar más de un siglo para que los hermanos Gelves tuvieran reconocimiento local. Sin embargo, no fue en Pilar sino en Escobar en 1946. En su tierra, el homenaje llegó mucho después, cuando en el año 2000 se denominó Juan Mateo Gelves a la calle El Petrel, uno de los principales accesos al Parque Industrial Pilar.
La llama eterna
El 25 de febrero de 1978, al cumplirse los 200 años del nacimiento del prócer, el pueblo pilarense emprendió un viaje desde Capital hasta la plaza 12 de Octubre con el objetivo de homenajear al General José de San Martín.
Así es como el 24 de febrero varios vecinos cabalgaron desde la Catedral de Buenos Aires hasta llegar, recién a la mañana siguiente, al monumento a San Martín ubicado en la plaza del centro de Pilar.
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El intendente Beto Ponce de León recibe en Pilar a la llama votiva, el 25 de febrero de 1978.
Foto: Luis Lonné / Pilar en el Recuerdo.
Iban precedidos por un carruaje, que llevaba la llama votiva (cuyo fuego no se extingue). Desde ese entonces, la de Pilar es una de las pocas existentes en el país, junto a otras como las del Monumento a la Bandera en Rosario o la propia Catedral Metropolitana.
“Viajamos por Capital con la compañía de la policía federal de a caballo, hasta la General Paz, donde se hizo un cambio”, contó hace unos años en el grupo de Facebook Pilar en el Recuerdo uno de los participantes del evento, Luis Lonné, querido vecino fallecido en 2024. “Desde ahí, nos acompañó por Acceso Norte la policía provincial en vehículos, haciendo la entrada por la calle Rivadavia el día 25, hasta la calle Lorenzo López, frente a la parroquia donde está hoy el Monumento al General”.
Este trayecto, que tuvo la participación de Centros Tradicionalistas de Pilar y la colaboración del intendente de aquel entonces, Beto Ponce de León, quedó en la memoria de muchos.
Desde aquel día, la llama votiva está encendida en el monumento a San Martín de la plaza12 de Octubre, inaugurado el 17 de agosto de 1958.