En la Parroquia

Evelyne Lamartine: un homenaje que dejó huella en Pilar

La religiosa francesa es recordada con una placa del Papa Francisco en el lugar donde descansan sus cenizas. Emoción entre las personas a las que su cercanía les cambió la vida.

13 de diciembre de 2024 - 19:24

“Una vida que dejó huellas”, reza la placa encomendada por el Papa Francisco que, desde el jueves, puede verse en la Parroquia Nuestra Señora de Pilar, emblema del distrito. Está justo en el lugar donde descansan las cenizas de Evelyne Lamartine -Evelina, en la versión castellanizada de la inscripción en mármol-, la religiosa francesa que fue homenajeada a dos años de su fallecimiento.

El homenaje se realizó el jueves y tuvo la presencia de León Gieco, que interpretó parte de su repertorio, y de personas cuyas vidas fueron modificadas por la acción de Lamartine, quien abrazó la causa de los derechos humanos en toda su dimensión y dedicó su trabajo a los pobres y excluidos.

“Ella es la santa nuestra, la santa de los drogones”, la definió Cristian Prelat, uno de los asistentes del centro de recuperación de adicciones Vencer para Vivir, de Manzone, una de las instituciones que Lamartine más frecuentó en sus largos años en Pilar.

“Venía todos los días a comer con nosotros, nos hablaba mucho, a mí me iluminó, me marcó para siempre, me enseñó teología de la liberación, filosofía. Me daba responsabilidades y así me mostraba todo lo que yo podía hacer. Ella tuvo fe en mí”, dijo Prelat en declaraciones recogidas por el diario Página 12.

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"Una vida que dejó huella", la frase que encomendó el Papa Francisco.

“Es un milagro de Evelyne que hoy estemos aquí, creyentes y no creyentes, en este momento en que estamos tan tristes por todo lo que está pasando en el país, tomando esta fuerza y recordando junto con la hermana a los 30 mil, y a otros militantes sociales”, destacó Gastón Priano, del mismo centro.

Juana Rodríguez y otras mujeres llegaron a Pilar desde William Morris para homenajear a Lamartine, quien las guio de niñas y jóvenes. La definieron como “nuestra santita”.

“Ella era la que organizaba los campamentos, los picnics, la que convencía a nuestras madres para llevarnos a los cumpleaños de 15. Era también una adelantada que sin saberlo nos hablaba del feminismo, criticaba que las monjas tengan que andar siempre detrás de los curas. Le encantaba cantar y tenía un carisma especial con los jóvenes”, recordó. “Vinimos a decirle gracias porque este grupo de jóvenes que ella formó, somos hoy hombres y mujeres en lucha”, agregó en el homenaje.

“Me pareció muy importante lo que pasó, no imaginé que iba a ser tan fuerte todo. Todos con la cabeza puesta en los curas villeros, en la iglesia de los humildes, en los mártires de esa iglesia, en los 30 mil. Ver al obispo y toda la mano, saber que el Papa se va a enterar de esto... Es algo realmente muy fuerte”, sostuvo a su vez Léon Gieco.

Lamartine fue superiora de las monjas Léonie Duquet y Alice Domon, asesinadas por la dictadura, y fue quien presentó, en 1978, un hábeas corpus para conocer su paradero, pese al riesgo que implicaba y las pocas chances de respuesta.

Ahora, tendrá su lugar en la principal iglesia de Pilar.

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secretario de Gobierno de Pilar, Santiago Laurent, junto a la médica Mirta Ortega Sanz, amiga de Lamartine y organizadora del homenaje.

secretario de Gobierno de Pilar, Santiago Laurent, junto a la médica Mirta Ortega Sanz, amiga de Lamartine y organizadora del homenaje.

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