Una ciudad casi desierta en la que manda la violencia. Una madre desesperada con sus dos hijos, un prestamista perverso, una adolescente cuya única compañía fiel es una rata y un matón sin piedad. Todos ellos componen “Lost river”, la ópera prima del actor Ryan Gosling, estrenada en 2014, en la que el canadiense mostró un costado oscuro que hasta el momento no se le conocía. Sin dudas, creció viendo películas de David Lynch mientras escuchaba NIN.