Público. Un racimo de brazos saluda a Zúccaro antes de su discurso triunfal.
Miles de boletas del Frente para la Victoria se convirtieron en papel picado para decorar los festejos del zuccarismo que, anoche, llenaron el centro de la ciudad.
Habían pasado las 23 cuando el intendente Humberto Zúccaro subió al escenario montado sobre la calle Tucumán esquina Belgrano, empujado por los acordes del “Ojo del tigre”, el tema que acompañaba a Rocky Balboa en sus peleas cinematográficas.
El de anoche fue un discurso algo más breve que los de anteriores triunfos, y de tono menos inflamado. Incluso, menos que el de las primarias.
Precedido por los representantes de la juventud que integraron su lista, cada uno de los cuales tuvo la oportunidad de hablarle a la multitud, Zúccaro planteó la responsabilidad que significa el triunfo de ayer y su margen de abismo.
“Hicimos mucho y seguramente por eso la gente nos acompañó. Pero nos falta mucho por hacer y ese será nuestro compromiso desde mañana”, sostuvo.
Así, llamó a sus seguidores a “no marearnos con el poder”. “Nunca me va a pasar de dejar de ser humilde y de poner la otra mejilla para estar al lado del que la esté pasando mal”, arengó.
Convencido a la hora del discurso de que se quedaría con las 10 bancas en juego en el Concejo Deliberante, llamó a los nuevos ediles y a los que seguirán en sus bancas a “trabajar por sus localidades escuchando siempre al vecino”.
Así, pidió a los suyos un “compromiso de unidad y conciliación para hacer en Pilar todo lo que falta”.
Incluso, anticipó que piensa trasladar ese llamado a la arena de la política partidaria. Anunció que, como presidente del PJ, llamará antes de fin de año a “todos aquellos que se sientan peronistas a sumarse, así los que se disfrazaron de peronistas se irán”.
Pero ese llamado a la concordia no evitó nuevas críticas áridas contra su adversario favorito, el concejal Gustavo Trindade, que obtuvo ayer apenas algo más del 5% de los votos como candidato del duhaldismo.
“El que decía en los medios que hoy iba a ser intendente de Pilar, puede ser sólo intendente de su casa. Ahí está hoy llorando”, chicaneó. Y lanzó, más punzante: “Es que no podés comprarte un 0 kilómetro apenas terminada la interna mientras tu gente tiene hambre”.
Rodeado por sus candidatos, colaboradores, militantes y curiosos, el escenario del festejo fue tan alegre y caótico como el público que lo veía desde la calle.
Desde allí volaban la remeras que recordarán a sus portadores el nuevo triunfo de Zúccaro y otras que comienzan a preparar el camino electoral que viene: las que ya piensan en un cuarto mandato 2015-2019.
Minuto de silencio
Tanto Zúccaro como José Molina tuvieron menciones –y hasta pidieron un minuto de silencio- a la tragedia sufrida por el consejero escolar Darío Pascual, cuyo hijo de dos años murió el último 17 de octubre tras caer accidentalmente a una pileta de natación.
