Miradas
Miradas
Uno de los focos de atención y expectativa de la visita del gobernador Daniel Scioli ayer a Pilar fue el encuentro que seguramente mantendría con la concejal Liliana Alfaya. Pero no justamente por su rol de edil oficialista sino por el de presidenta del foro de Del Viso y vocera del reclamo de más policías para el distrito, un pedido que el gobernador viene pateando para adelante desde hace demasiado tiempo. La imagen que ilustra este apartado fue tomada ayer, en la Universidad del Salvador, donde se registró un contacto breve, apenas unos minutos. Pero esta vez, a diferencia de las anteriores, no hubo reproches.
Con las luces del alba
Cuando supo que los vecinos de Villa Astolfi preparaban una movilización en reclamo de obras, el intendente Humberto Zúccaro reconoció la razonabilidad de los pedidos.
De todos modos, cuestionó las amenazas de piquetes que ya enarbolaban los vecinos: “En vez de cortar las vías o la ruta, tendrían que venir a ver al intendente a las 4 de la mañana y se arregla todo”, dijo. Con esos horarios, da la sensación de que los cortes de ruta a horarios más cómodos y convenientes, seguirán siendo la opción más elegida.
Mala memoria
En una improvisada rueda de prensa, el intendente Humberto Zúccaro tuvo que responder sobre varios temas, tal como suele suceder. Consultado acerca de la próxima inauguración del período ordinario de sesiones del Concejo, el jefe comunal se despachó con un discurso sobre el rol de control del deliberativo y su relación con la oposición. Pero la sorpresa llegó cuando un periodista quiso saber si él iba a estar presente en el acto. El intendente lo perforó con la mirada y le respondió: “El intendente siempre está en la inauguración de la sesiones”. Debieron ser varios cronistas y colaboradores del propio mandatario los que intervinieron para recordarle a Zúccaro que el año pasado fue la excepción: por sus vacaciones, no pudo estar presente en el acto. “Me habré equivocado”, concedió por fin.
A Dios rogando y con el mazo dando
No es un hombre fácil de alinear el sacerdote Tomás Llorente. Y el intendente Humberto Zúccaro lo sabe en carne propia. Es que cada vez que el cura participa en algún acto público del gobierno, no deja pasar la oportunidad de deslizar críticas. Y la sutileza no es, justamente, el mayor de sus dones.
El lunes último ocurrió uno de esos episodios. Fue en el Parque Industrial, durante la inauguración de la sede local de la UTN. Puesto a bendecir las nuevas instalaciones, Llorente no se contentó con leer las citas bíblicas de rigor y esparcir el agua bendita. Al contrario, arrancó su participación con una queja a voz en cuello: “Nosotros, que venimos del final del distrito y que casi no existimos pero igual vivimos”, le soltó a Zúccaro y a todo el auditorio en referencia a Manuel Alberti, la localidad donde vive y tiene su obra.