A casi 16 años del hecho, la Justicia ordenó la reconstrucción del crimen de María Marta García Belsunce, ocurrido el 27 de octubre de 2002.
La cita será el próximo miércoles, a las 10, en la tristemente célebre casona del club del campo Carmel, tal cual adelantó en la tarde de ayer el periodista de Télam Diego Recchini en su cuenta de Twitter, ya que la agencia nacional de noticias está de paro por el despido de 357 trabajadores.
En la reconstrucción estarán involucrados los fiscales María Inés Domínguez y Andrés Quintana, personal de la Policía Científica y el prestigioso criminalista Raúl Osvaldo Torre.
El objetivo será analizar todas las hipótesis que se manejan, tratando de dilucidar las probabilidades de cada una de ellas. Así, se reconstruirán los momentos previos al asesinato y la manera en la que fue hallado en uno de los baños el cadáver de María Marta.
Cabe recordar que ambos fiscales tomaron el caso el año pasado, señalando como sospechosos a Nicolás Pachelo y su ex esposa (vecinos de la víctima en aquel entonces), así como a cinco vigiladores que en ese entonces trabajaban en Carmel. Pachelo se encuentra detenido desde abril, acusado de una serie de robos en el country Tortugas, pero en los últimos días se barajó la posibilidad de llevarlo a un megajuicio relacionando estos delitos con otros cometidos diversos countries, incluyendo el crimen de la socióloga.
Dichos imputados podrán estar presentes si así lo desean, al igual que los abogados de María Laura García Belsunce, hermana de la víctima y particular damnificada. De la misma manera, formarán parte tres hombres, en su momento adolescentes, quienes afirmaron haber visto a Pachelo correr cerca de la casa de María Marta ese domingo trágico.
“La intención de los fiscales es analizar las hipótesis que hay en el expediente y determinar qué probabilidad tiene cada una”, explicaron fuentes judiciales.
La decisión de Domínguez y Quintana se conoció en momentos en que los fiscales esperan los resultados de los análisis comparativos de ADN sobre rastros genéticos hallados en la escena del crimen que en los primeros tiempos de la investigación no habían podido ser determinados por falta de tecnología científica idónea.