Horror en Lagomarsino

Le arrojó agua hirviendo a su bebé: le dieron 9 años de prisión

Es un joven de 18 años. El nene tenía 2 y lograron salvarle la vida. Ya había sido duramente golpeado cuando era recién nacido. La mamá será juzgada por abandono de persona.

Por Redacción Pilar a Diario 19 de julio de 2018 - 16:47

Un caso estremecedor tuvo una resolución favorable en las últimas horas, cuando un joven de 18 años fue condenado a 9 años de prisión por arrojarle una olla de agua hirviendo a su pequeño hijo de 2.

Además, situaciones previas dan cuenta de que el niño era maltratado brutalmente cuando apenas tenía unos pocos meses de edad. Por lo pronto, la madre, una joven de 20 años, está imputada por abandono de persona y espera que se realice el juicio.

El hecho tuvo lugar en julio de 2016, en una vivienda de la localidad de Lagomarsino: allí, el ahora condenado (no trascendió su identidad ya que al momento del hecho tenía 16 años) tomó una olla con agua hirviendo y se la arrojó a su hijito B., quien alcanzó a cubrirse apenas la cabeza con sus pequeñas manos, tal como lo demostraron las secuelas que le quedaron tras el ataque.

Si bien esto ocurrió a las 17.30, sus padres recién lo llevaron al Hospital Federico Falcón de Del Viso pasadas las 23. Ya estaba al borde de la muerte, y luego de unas primeras estabilizaciones fue llevado al Hospital del Quemado, donde afortunadamente salvó su vida. En ambas instituciones notaron indicios, como la actitud apática de los padres, de que no se había tratado de un accidente. De hecho, a pesar de que en el Falcón se dio aviso a la policía, por motivos que se investigan la causa recién llegó a la Justicia unos 6 meses después.

El adolescente está preso en el penal de Dolores, culpable de “Homicidio en grado de tentativa agravado por el vínculo”, tras el dictamen del tribunal liderado por el juez Alejandro Flori. La fiscal de Menores Paula Romeo había solicitado 15 años, aunque se mostró conforme con la pena aplicada. Mientras tanto, la madre espera el juicio en libertad –la Fiscalía había pedido su detención-, una resolución del Juzgado de Garantías.

 

Infierno

Al nacer B., su padre y madre tenían 14 y 16 años, respectivamente. Su vida fue traumática casi desde el nacimiento: cuando tenía apenas 3 meses fue llevado de urgencia a un centro de salud de Escobar y luego al Hospital Garrahan, con una fractura de cráneo, más sendas lesiones en costillas y piernas. Ahora, a la vista de los hechos, nadie duda que fuera una golpiza brutal propinada por su propio papá.

Tras ese incidente, la guarda del pequeño quedó a cargo de una prima de su madre y su marido, quienes lo cuidaron hasta que desde el área de Niñez se lo restituyeron a su madre cuando tenía 10 meses, ya que supuestamente se había separado del joven.

A pesar de sus problemas de adicciones, de no realizar los controles de salud periódicos (el bebé debía tener una válvula en la cabeza producto de aquella fractura), ni hacerle el DNI al bebé –luego realizó el trámite-, siguió con su custodia.

Sin embargo, cuando B. tenía 2 años, la joven se peleó con su madre primero y su padre después (vivían separados), por lo que fue a vivir con el papá del menor. Apenas dos días más tarde, este cometió la brutalidad de arrojarle el agua hirviendo.

Desde ese momento, B. vive en otro distrito con aquella pareja que lo había tomado en guarda cuando apenas tenía 3 meses había sido salvajemente golpeado. Crece normalmente, aunque lleva las marcas de ese ataque inexplicable. No obstante, fuentes judiciales confesaron a El Diario: “Nuestro miedo es que algún día se lo devuelvan a la mamá”.

 

El dato

El caso fue estudiado y tomado por el Tribunal desde una “perspectiva de género”, algo novedoso ya que tuvo que darse un fallo basándose en indicios.

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