Tribuna del lector: Redistribución de la riqueza

21 de agosto de 2011 - 00:00

 

por Víctor Ejgiel

 

Como un baluarte de la gestión nacional de este gobierno el eslogan de la redistribución de la riqueza se ha convertido en otro de los caballitos de batalla de nuestra Presidenta, aunque creo, en realidad estoy seguro, que esta forma no asegura la igualdad de condiciones.

Trabajo desde los 19 años, un año después de terminar la secundaria gratuita. La misma que hoy, ese año más de colimba, que como pensaba en ese entonces, me estaba cortando mi estudio, la carrera de arquitectura que empecé en la misma universidad gratuita que existe hoy.

Como mis viejos no podían bancarme el estudio universitario que sólo eran los materiales, empecé a trabajar de mañana en Pacheco saliendo en el tren de las 5,10 para volver de la facu a las 21. No pude terminar la carrera porque la familia necesitaba de mi trabajo y así fue, trabajé.

En mi época no existían las agencias de trabajo y el laburo en el Parque Industrial se buscaba caminando, cosa que hice varias veces. Siempre conseguí y nunca de gerente. Cuando en la educación se necesitaban profesores presenté mis avales que me permitieron ingresar a esta actividad que comparto con la de comerciante desde hace 20 años, vi pasar casi todos los gobiernos de esta democracia desde mis dos actividades, y siempre fue lo mismo, pero nunca tanto como ahora.

Si lo que están intentando es redistribuir mi riqueza, primero la van a tener que encontrar, porque entre Menem y De la Rúa se la llevaron, que no era más que esos 20 años de ponerle el pecho a las mañanas frías, a las tardes de mucho calor, a los paros de transportes, a los patacones y los cheques rechazados. Pero si no, obstante, lo que intentaron redistribuir es lo poco que queda de lo que gano y el Estado no me saca en concepto de jubilación, obra social, patente automotor, peaje, tasa de alumbrado barrido y limpieza, rentas, AFIP y tantas otras chácharas como decía otro de esos, están equivocados, no dejaré que nadie más lo haga.

Si hablamos de igualdad de condiciones yo también quiero cobrar un plan sin descuentos de ningún tipo, yo también quiero cobrar por cada una de mis hijas la asignación universal que nunca cobré, me gustaría poder acceder tanto a la televisión digital gratuita con un equipo regalado, viéndolo en la tele LCD que pagaré con el plan que me dan para comprar comida pero que también me servirá para cambiar la heladera. Quiero poder manejar millones de pesos en obras que si llego a terminar, poder elegir a quien se las doy, y si no llego porque en el medio me gasté algún millón, quiero un juez macanudo, esos que entienden que uno puede aumentar la riqueza propia (no redistribuible), se pueden generar con un sueldo chiquito, y si de casualidad alguien se equivoca y caigo preso, quiero también acceder a un abogado que entienda esas leyes que el mismo Congreso se encarga de hacerlas vuelteras para sacarme enseguida. Encima si así quedara adentro quiero el dos por uno para salir antes y si se puede que se vote el tres por uno.

Si en ocho años de crecimiento, que según el secretario de Comercio, mejor dibujante que Caloi, es impresionante, no pudimos eliminar estos famosos planes y poner a toda la gente dignamente a trabajar, quiere decir que o alguien miente o el plan no sirve. Si crecer no genera trabajo, si la redistribución no inculca cultura de esfuerzo, si la tan nombrada producción nacional está en manos de brasileños o chilenos, si quienes más ganan en la Argentina son los dueños de los bingos, vamos mal. La famosa redistribución de la riqueza no es más que un sacarle a los que no están conmigo para darles a los que sí lo hacen, y la balanza nunca se equilibrará.

Si el Estado les sacó los trenes a los privados porque no cumplían las condiciones mínimas, y después de varios años tampoco lo hacen, si YPF vuelve a ser un poco argentino y seguimos comprando gas a Venezuela, hay cosas que necesitan reverse. ¿Redistribuir es esto?

 

 

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