TRIBUNA DEL LECTOR I: Para la segunda mamá

16 de octubre de 2011 - 00:00

 

por Donato Di Santo*

 

Hoy, 16 de octubre, el calendario del consumidor nos dice que debemos acordarnos de nuestras madres, pero seguro que a nadie le hace falta este calendario, recordar o brindar cariño al ser que nos entrega todo su amor es una efeméride de todos los días.

En este día sí quiero honrar la memoria de la segunda mamá, una maestra, y en ella a tantas que han ayudado a forjar el destino de hombres y mujeres de Pilar.

La historia de Pilar a través de sus hombres debería hacerse desde sus maestras y así nos permitirá entender por qué nuestra sociedad ha cambiado. Nuestras maestras nos adoctrinaron sin saberlo, porque ellas también lo fueron por una Escuela Normal que era un centro fuertemente doctrinario del racionalismo laico y patriótico.  La pareja escuela-familia, que nos constituyó hasta ayer, hoy se rompió, entonces la escuela debe suplir esa falta del otro y no logra resolverlo.

Nuestras maestras eran jefas de fila en la tropa cultural, no eran nuestras madres pero igual lograban cepillar nuestras rebarbas en nombre de la nacionalidad, la disciplina para el trabajo y la integración en las instituciones para que la sociedad funcionara eficazmente. Estas mujeres no fueron excepcionales, no produjeron innovaciones extraordinarias, sólo se limitaron a hacer muy bien lo doméstico.

La Escuela nos disciplinó, muchas veces de cualquier modo, interviniendo directamente sobre nuestros cuerpos. Así adquirimos un ideal de decoro, principios de adscripción a una nacionalidad a través de rituales hiperactuados, alfabetización y una relativa apertura al mundo de la cultura.

Nuestras maestras agentes de identidad cultural casi sin competencias, nos incorporaron a la ciudadanía y al mundo del trabajo eficazmente. Como las llama Beatriz Sarlo a las maestras de las primeras décadas, “Robot estatal”, ellas cumplían las tareas para las que se las había designado, sin poner nunca en cuestión su contenido y valores. Eran las realizadoras exitosas de la ideología escolar, un sentido común, construido desde la infancia en el marco de instituciones efectivas que modelaban a sus servidores públicos en una configuración cultural común y tradicional.

Con esta introducción quiero recordar una Señora Maestra: Carlota Carranza de Burcheri, que el 16 de octubre de 1959 fue nombrada Directora de la Escuela 26 “Alcalde Lorenzo López”, a pocos días de la creación de la misma dentro del local de la Escuela Nº 1.

Hace unos días el Sr. Allindo recordaba la historia de la Escuela Nº 1 de Pilar, y nombraba algunas de sus Directoras, la Sra. Laborde de Costa, que permaneció en su cargo hasta fines del 1948. Colaboraban con ella, entre otras, las maestras Elba Marzano de Ferrá, Hortensia Carpoy de Balbiani, Nélida de Lavallén; Celina Mascias de Goyena, Elena Yrazoqui de Nielo, Alcira Rodríguez, Blanca A. D’Angelo, Erminia Romairone de Lapuente, Adelina Larghi de Barberis, Rosalía Lainez de Lavagrf, Beatriz de Talmadge, y la Sra. Carlota Carranza de Burcheri.

Por esa escuela pasaron muchos hombres y mujeres de Pilar, forjados bajo la atenta mirada de estas u otras maestras que por allí pasaron, hasta que se produjo el quiebre. No sabría decir cuál fue el momento y si estamos mejor o peor. Sólo puedo decir que las cosas cambiaron y la maestra que describo en el encabezado ya no existe. Muchos te extrañan señorita maestra.

 

*Director de la Escuela Nº 9 de Fátima.

 

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