Te acordás hermano…

28 de marzo de 2010 - 00:00

por Víctor Ejgiel

¡Qué tiempos aquellos! El Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia que se conmemoró el pasado 24 de marzo debiera ser un día de reflexión, pero de reflexión general, debiera ser un día donde la memoria completa y libre, la memoria sin partidismos, la memoria de cada uno permita encontrar la verdad de cada uno para exigir la justicia de todos y no la de algunos.

Pareciera, y me parece lamentable que así sea, el Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia es el día de los desaparecidos en la dictadura militar. Nadie duda, al contrario, que la última dictadura militar cometió aberrantes delitos entre los que se encuentran las desapariciones de todo aquel que pensara diferente a lo que ellos querían que se pensara, pero tampoco nadie debería dudar de todos aquellos que perdieron la vida por quedar en el medio de algún enfrentamiento subversivo, de los que fueron víctima del terrorismo de Estado previo a la dictadura, del terrorismo de un Estado democrático aunque extremadamente ciego, tampoco se debería olvidar que muchos de esos argentinos pedían la llegada de esos militares.

El ejercicio de la memoria debiera ser general y que cada generación pueda recordar en base a un completo dibujo de la historia y que además en esa memoria puedan entrar también tantos recuerdos de los buenos y de los malos como cada uno de nosotros queramos recordar, y que ese ejercicio permita generar la verdad propia, con la convicción de saber los por qué de cada razonamiento, y recién cuando cada recuerdo no propio pueda ser evaluado con todas las campanas que puedan sonar, recién ahí pedir la justicia para unos, como hoy se busca, como para otros, que nunca se buscó.

Cuando pensaba en el acto escolar de este día, frente a chicos que les resulta imposible entender una vida sin derechos, porque nacieron y se criaron con ellos, hasta exacerbaron algunos de ellos, cómo es posible explicar algo tan difícil como la falta de libertad, cómo decirle a un chico lo que es no poder juntarse con amigos, no poder ver en la tele lo que uno quiera, no poder…, esa era la cuestión, no poder, por más que uno quisiera, no poder. Tal vez eso les de las suficientes razones como para ni siquiera querer saberlo.

La memoria es la posibilidad de, por lo menos, intentar no cometer los mismos errores, por lo menos intentarlo. Y justamente esa libertad con la que nacieron a veces pareciera permiso para todo, y seguramente libertad no significa eso.

Con el tema de los chicos de la localidad de Baradero se generó todo un clima de supuesta persecución a cada motoquero del mundo, que si así se comprobara sería un atropello, pero pocos se animaron a pensar que si tal vez hubiese existido un casco en la cabeza de los chicos ese golpe contra el asfalto no hubiera sido mortal.

Existen leyes nacionales, hechas para cumplirse, pensadas por gente que estudió mucho sobre ello, entonces ¿cómo podemos ser nosotros quienes desestimemos la opinión de los especialistas?

Cuando estamos enfermos vamos a un médico, para construir una casa nada mejor que un arquitecto, con problemas ante las leyes, un abogado, a nadie se le ocurre cambiar los roles, porque ellos se capacitaron para esas tareas. Los especialistas en seguridad vial diagramaron las leyes viales que rigen con poder de ley en todo el territorio de la Nación Argentina. Cumpliendo la ley tal vez tendríamos dos jóvenes más en Baradero.

 

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