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Cómo distinguir un buen aceite de oliva

Por Redacción Pilar a Diario 28 de enero de 2023 - 08:35

El aceite de oliva y el vino son milenarios, ya se consumían en la antigüedad por sus beneficios para la salud y por costumbres adquiridas.

El aceite de oliva es un excelente ingrediente si queremos mejorar nuestra alimentación y nuestro consumo de grasas saludables en la cocina.

Argentina es un gran productor de este néctar color verdoso que es usado para comidas y postres, la región más reconocida en cuanto a producción es Cuyo, pero también se realiza en otros lugares.

A pesar de ser una cuestión de lo más cotidiano, elegir bien el aceite de oliva que consumimos no es tarea fácil si antes no seguimos ciertas recomendaciones. Para que los nutrientes se absorban de forma adecuada debemos elegir un aceite de oliva de alta calidad, con ciertas características para que aprovechemos al 100% sus beneficios.

Si quieres saber cómo identificar un buen aceite de oliva, solo sigue las recomendaciones que te compartimos en esta columna.

LA ETIQUETA

Lo primero que debemos leer es la etiqueta. Mirar si se trata de AOVE (Aceite de Oliva Virgen Extra), aceite de oliva virgen o simplemente aceite de oliva. El primero es el que procede del zumo de la aceituna con procesos mecánicos y no puede tener defectos sensoriales. El segundo es bueno, pero procede de aceituna mucho más madura, que sufre un mayor deterioro.

Puede tener defectos como la fermentación, sin embargo, es genial para frituras porque no aporta tanto sabor al alimento. Mientras que el de oliva es el obtenido a partir del refinado de los aceites defectuosos, que no han alcanzado los parámetros de calidad anteriormente citados. Éste se refina, se le quita la acidez, sabor y color y obtenemos la grasa del aceite, que se mezcla con un poco de virgen. Según la proporción de virgen que lleve puede ser suave o intenso

ALMACENADO Y BOTELLA

Revisa las características en las que está almacenado, al escoger el aceite de oliva procura no elegir aquellos que han sido expuestos al sol o que están en botellas claras. Se recomienda que el aceite de oliva se guarde en lugares secos, frescos y oscuros, para evitar que los rayos ultravioletas puedan afectar las propiedades de este aceite. En cuanto al envase, el color de la botella es muy importante, es importante darle prioridad a aquellas que tengan envases oscuros, que eviten el paso de la luz.

AROMA Y SABOR

Las características como el olor y el sabor son grandes indicativos de la calidad del aceite de oliva. Por ejemplo, un buen aceite debe de tener un aroma fresco, frutal e intenso, además de tener un ligero picor al probarlo. Un consejo es evitar aquellos aceites que huelan avinagrados, rancios o aceitunados, ya que esto puede indicar defectos durante su prensado, producción y almacenamiento.

MODO DE EXTRACCIÓN

El modo de extracción es lo más importante a la hora de producir un aceite de oliva de calidad, aquellos que son extraídos en frío tienen una calidad mucho mayor y por lo tanto se pueden aprovechar más nutrientes y beneficios de este tipo de aceites. Este método es usado desde hace muchos años por las aceiteras y en su mayoría lo realizan porque saben que tendrán una calidad suprema.

FECHA DE PRODUCCIÓN Y CADUCIDAD

Por último, pero no menos importante, es de vital importancia elegir aceites de oliva que hayan sido envasados recientemente o que no lleven mucho tiempo en estanterías, fíjate siempre en la fecha de caducidad y producción para que te aseguras que sus propiedades y características tiene la frescura y la calidad adecuada.

 

¿Qué aceite comprar?

En cuanto a los beneficios para la salud, el aceite de oliva virgen extra es el mejor, porque aporta todas las ventajas del aceite, como sus propiedades antioxidantes, pero es también el más caro. Por su parte, los aceites refinados son aceites neutros, no poseen todos los mejores beneficios, pero tampoco son los más perjudiciales. Solo les queda la grasa, los triglicéridos.

¿Qué hacer entonces? Lo ideal es adaptar el tipo de aceite al consumo. Para freír, con los refinados basta, son un buen aceite, aportan sabor y toleran la fritura. Por el contrario, el virgen extra es más apropiado para ensaladas, guisos o estofados, donde el sabor se percibe mucho más. El consumidor también puede mezclarlos para crear un aceite acorde a sus gustos.

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