No hay duda de que las luciérnagas son uno de los milagros más sorprendentes de la naturaleza y cada vez que las vemos brillar en la noche nos maravillamos con su belleza. Incluso en diversos lugares se organizan festivales y santuarios para que las personas tengan oportunidad de admirarlas y conocerlas más de cerca en las temporadas que estos mágicos insectos se dejan ver.
Sin embargo, es importante mencionar que las luciérnagas se han sumado a la lista de animales en peligro extinción debido a la pérdida de sus hábitats, los pesticidas y por la luz artificial. Por ello, si te encuentras con ellas no las ahuyentes, mucho menos las mates y tampoco las ilumines con focos, flashes o luces de LED, esto podría matarlas. Ellas sólo pasan un rato a descansar y, por supuesto, a llevarte buenas noticias.
En esta columna queremos compartirte lo que significa que una luciérnaga (o varias) aparezcan en tu jardín.
Más allá del impresionante proceso físico y químico que realizan para iluminarse, las luciérnagas son consideradas desde hace cientos de años como animales mágicos, portadores de buenas noticias y buenos augurios.
La palabra japonesa para luciérnaga es «hotaru» son insectos muy apreciados en la sociedad japonesa, y han sido una metáfora del amor apasionado desde la antología poética Man'you-shu. Los poetas y filósofos del budismo zen (los dos términos son en gran parte intercambiables en Japón) han notado durante siglos la similitud entre la luciérnaga y el concepto central del zen, la brevedad de la vida. Para la filosofía zen, la luciérnaga es el símbolo perfecto de la fugacidad, interpretada positivamente: su temporada es muy corta, solo se enciende en pleno verano y su luz siempre parece parpadear.
También se cree que sus luces misteriosas son la forma cambiada de las almas de los soldados que han muerto en la guerra. La luz resplandeciente de “hotaru” se considera tan fascinante que los japoneses organizan festivales de luciérnagas u “Hotaru Matsuri” para observar las fascinantes danzas de los insectos.
Según una de sus supersticiones, si matas a una luciérnaga morirás en la próxima tormenta eléctrica que tuviera lugar.
La expresión japonesa hotaru-zoku (tribu de luciérnagas) se refiere a las personas obligadas a fumar en los balcones. Ya que, desde la distancia, la luz del cigarrillo se asemeja al brillo de una luciérnaga.
Pero para otras partes del mundo, como en occidente o el continente americano, ver luciérnagas cerca de casa tiene una connotación bastante bella. Principalmente son tres los significados: buena suerte, que recibirás una visita inesperada, y si llegas a ver más de una, quiere decir que pronto habrá una boda o una fiesta.
Si una luciérnaga entra en la casa, es una buena señal y simboliza la llegada del cambio. Cuando las luciérnagas ingresan al lugar de una mujer casada, indica embarazo. Cuantas más luciérnagas ingrese a su casa, más probabilidades tendrá de tener más de un hijo.
Su brillo, que llena de asombro y alegría, convierte a la luciérnaga en un símbolo de iluminación y de luz espiritual.
Debido a su apariencia ordinaria y poco inspiradora durante las horas del día, las luciérnagas suelen ser subestimadas. Sin embargo, a medida que cae la oscuridad, su resplandor radiante ilumina la noche. Esta aparente contradicción sirve como una alegoría del mundo espiritual: las cosas no siempre son lo que parecen.
Las luciérnagas traen luz en las noches. Presagian grandes esperanzas. Si por la noche las luciérnagas brillan con especial intensidad, será un buen día. Ver luciérnagas en un sueño simboliza las brillantes ideas que surgen. Si hay muchas luciérnagas, se debe estar preparado para las buenas noticias. Soñar con luciérnagas muy brillantes representa los destellos de luz que ves en los tiempos más oscuros. Si sueña con luciérnagas negras, esto suele ser un símbolo de pensamientos o sentimientos dañinos. Este sueño significa culpa y ansiedad que te persigue.
Lo mejor de todo es que su magia no termina aquí, seguramente te está buscando.