En 2015

Sufrió un ACV jugando al rugby, pero pudo volver al deporte

Francisco Biaggio (20) era jugador de Deportiva Francesa cuando tuvo un ataque cerebrovascular durante un partido. Tras arduos años de rehabilitación, pudo correr una maratón de 10 kilómetros. Y sueña con dar la vuelta olímpica en el club de sus amores.

Por Redacción Pilar a Diario 21 de agosto de 2019 - 11:45

Corría 2015 y Francisco Biaggio (20), más conocido como “Sangu”, estaba jugando un partido de rugby amistoso. Él, que en ese entonces tenía 16 años y jugaba en la categoría M17, vestía la camiseta del club Deportiva Francesa. Se enfrentaban a Don Bosco cuando en el último minuto del encuentro sintió que algo no estaba bien.

A pesar del dramático desenlace, afortunadamente en el club de Del Viso estaba Pablo Pratesi, Jefe de la Terapia Intensiva del Austral quien de inmediato lo llevó al hospital en donde precisaron el diagnóstico, había sufrido un accidente cerebrovascular (ACV).

En la actualidad, y después de largas investigaciones, los neurólogos afirman que cuanto antes se pueda diagnosticar un ACV, mayores son las posibilidades de recuperación. Así fue que, más allá de estar siete días en coma y otros dos meses internado, luego de cuatro años de rehabilitación y entrenamiento, hoy Francisco puede correr, algo que era impensado.

“Al principio no entendía qué había pasado y quería seguir jugando pero no podía hacerlo, no me salían las palabras, la mano y una pierna no funcionaban. Todo eso en una etapa que se suponía sería de plenitud. Hasta que Pablo (Pratesi) me dijo que tenía para largo y ahí me cayó la ficha”, contó Francisco en el programa El Cerezo (FM Plaza 92.1 Mhz).

“En ese momento me dije a mí mismo, o me rindo o me tropiezo pero sigo adelante. Y elegí la segunda opción. Entendí que mis amigos y mi familia me seguían apoyando y eso me empujó a seguir intentándolo”, agregó, no sin destacar que el amor de sus seres queridos fue fundamental en su recuperación.

Quien también fue y es parte clave de su recuperación es Federico Perrupato, su entrenador hace casi tres años, que con mucho orgullo, destacó la fortaleza del joven, que el año pasado pudo terminar la secundaria y este año empezó una carrera en el Austral.

Así, reconoció: “La historia de Fran es hermosa porque desde el minuto uno buscó superarse. Para mí era un desafío y me acuerdo que cuando me senté con sus papás les dije que lo iba a tratar como a un atleta, porque para mí era eso”.

Investigando, Perrupato se enteró que si mejoraba su condición aeróbica, iba a poder crear nuevas sinapsis (conexiones neuronales) en su cerebro, lo que facilitaría su progreso.

Hoy siguen entrenando como el primer día, pero ya superaron varias pruebas. No solo pudo andar en bicicleta, que era algo que ansiaba, sino que hasta se animó a competir en distintas maratones. La última en diciembre del año pasado, cuando corrió los 10K de la “Maratón Fleni por la Inclusión” y aunque salió último, los aplausos del público fueron ensordecedores. Y no es para menos, fue el único participante con una incapacidad física que se animó a superar sus propios límites.

Más allá de todo lo que atravesó durante estos cuatro años y medio, y no sin dejar de reconocer que se presentaron muchos obstáculos en su camino, Francisco concluyó: “Pasé por un montón de cosas, me caí pero volví a levantarme y supe esforzarme por llegar a las metas que eran mi impulso. Lloré, transpiré, pero lo logré. Así te das cuenta que las cosas materiales no son importantes, lo que verdaderamente vale es el amor”.

 

 

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