Con seis años de historia, la Escuela Técnica Nº 3 de Del Viso ya se convirtió en una institución modelo: en el marco de un acuerdo con la ONG Atomic Lab, de Gino Tubaro los alumnos de 7º año guiados por el profesor de informática, Ariel Pérez, crearon con una impresora 3D una prótesis para Cristina, una vecina de Tortuguitas que necesita una mano ortopédica.
Aunque la primera impresora 3D la adquirieron en 2014 a través del Banco Provincia, este año tras un plan de la dirección de Escuelas Técnicas, pudieron obtener una más moderna y, sin dudarlo, comenzaron con nuevos proyectos.
Así, el docente se comunicó con la fundación del joven estudiante de la UTN, organización oferente de tecnología 3D, que hizo de nexo con la beneficiaria. Los insumos llegaron un tiempo atrás y tan solo hace 15 días los 19 estudiantes que conforman el grupo empezaron con los diseños y la impresión de las distintas piezas.
Consultado por El Diario, el director de la institución, Bernardo Costa, que está al frente de la escuela desde su nacimiento en 2012, se mostró sumamente orgulloso de sus alumnos, que con esfuerzo, podrán plasmar todo lo que fueron aprendiendo en sus años de estudio.
“Desde 2014 estamos trabajando con tecnología 3D, en ese momento éramos la única escuela que trabajaba con esa tecnología y con esa máquina fuimos capacitándonos, capacitando a los profes y a los alumnos que empezaron a realizar distintos trabajos”, empezó Costa.
Pero este año, tras la adquisición de la flamante máquina, surgieron nuevas posibilidades e ideas. “Luego de que nos derivaron el caso de esta mujer, el profesor se contactó con ella y ahí los chicos empezaron a trabajar en el diseño, que se aplica a un software para empezar a imprimir las piezas y luego ensamblarlas”.
Por el momento, los chicos no conocen a Cristina. La oportunidad de hacerlo será cuando finalmente hagan entrega de la prótesis que, estiman, tendrá lugar luego del receso invernal.
Pero sin lugar a dudas, tanto para Costa como para los alumnos y el docente a cargo del proyecto, es una satisfacción enorme poder colaborar y así lo expresó el director, que destacó: “Yo estoy muy orgulloso y los chicos están entusiasmados, tenemos un grupo de alumnos muy maduros emocionalmente y están contentos de saber que el conocimiento que van adquiriendo lo pueden materializar en algo que va a beneficiar a un tercero”.
Lo más gratificante, es que saben que este es solo el punto de partida. De ahora en más, seguirán recibiendo pedidos para sentir que pueden devolverle a su comunidad, lo que ella les dio.
Curiosidad
A pesar de que es el primer proyecto que realizan para alguien externo, los alumnos de distintos cursos hace ya unos años comenzaron con los trabajos para la escuela. Desde llaveros para actos escolares hasta tableros de dibujo, fueron parte de sus creaciones con las cuales no solo ganaron en expertise, sino también, ahorraron dinero.
Por ejemplo, en el caso de los tableros de dibujo que en una librería cuestan entre $600 y $1000, lograron reducir el costo a entre $150 a $300.
Además, para seguir desarrollando sus habilidades en esta tecnología, los alumnos de 6º año asisten los sábados a la Universidad Austral en donde reciben capacitación en robótica y tecnología 3D.
“Como director me da mucha alegría ver cómo año a año crece la institución”, Bernardo Costa.