El Club Social y Deportivo Monterrey cumplió sus primeros 12 años de vida en uno de los momentos más difíciles de su existencia, atravesando la pandemia del Covid-19. “El club está paralizado”, definió Darío Pascual, socio fundador y actual vicepresidente del Vinotinto.
“El club sobrevive poniendo plata alguno de los dirigentes. No tenemos ningún ingreso”, señaló el Tano que contó sobre la decisión de salir al barrio a cubrir las necesidades de los vecinos.
“Somos una pieza fundamental en lo deportivo y hoy nos toca en lo social”, definió Pascual.
“Cuando fundamos el club pensamos en la parte deportiva, pero también en la social. El que viene de un barrio humilde, como nosotros pertenecemos orgullosamente a Monterrey, sabemos la carencia que tiene y tendrá el barrio”, apuntó.
“Por eso con algunos miembros de la Comisión Directiva, hinchas y socios, empezar a hacer las ollas solidarias”, explicó y anunció que además de los miércoles y sábado como sucede desde hace un tiempo, se agregará los jueves a la noche en la sede una olla más.
“Empezamos a buscar gente que colabore y recibimos ayuda de los vecinos, comerciantes, organizaciones sociales, el Municipio de Pilar y la Dirección de Deportes”, enumeró Pascual.
Además, colaboran con comedores y merenderos de gente amiga. También reparten lavandina. Este martes fueron 500 litros en el barrio Villa Luján.