Un choque involuntario en el encuentro frente a Bahía le produjo a Jonatan Treise una fractura de tabique que lo obligó a jugar frente a Boca Juniors con su nueva imagen: enmascarado.
Un choque involuntario en el encuentro frente a Bahía le produjo a Jonatan Treise una fractura de tabique que lo obligó a jugar frente a Boca Juniors con su nueva imagen: enmascarado.
El base pilarense surgido de Atlético eligió seguir en la burbuja de la Liga Nacional conduciendo al invicto Gimnasia de Comodoro Rivadavia (4-0) y pospuso su situación personal. Como siempre hizo Jony, puso al equipo por delante.
“Es de la única manera que puedo seguir compitiendo, sino tendría que frenar y operarme. Tomamos la decisión junto con mi familia y los dirigentes en conjunto, de hacerlo después de la burbuja”, le contó el crack pilarense a El Diario desde el hotel donde disfruta el presente de la competencia.
“Es molesta”, definió sobre la máscara que debe usar para su protección. “La visión no es 100 por ciento. Hay algo en el medio de los ojos para hacer foco. Perdés un poquito de perspectiva”, sentenció y menos mal, porque en el estreno frente al Xeneize sumó 7 asistencias en 20 minutos.
Además, Jony tuvo excelentes aportes ofensivos en el arranque, frente a Argentino (12 puntos) e Hispano (14) donde tuvo excelentes porcentajes de triples.
Igualmente, con la experiencia que tiene, Treise aclara: “Mis puntos a esta altura de mi carrera son relativos. Las oportunidades que tenga para convertir, voy a estar preparado y esperemos estar en la noche. Cuando me toque otro rol, también la tengo que hacer.”
“Hay chicos que necesitan un rol y un protagonismo diferente a lo que yo necesito a esta altura de mi carrera. Eso le viene bien al grupo y al entrenador. Y yo me siento de ‘puta madre’”, sentenció el base.
En cuanto al regreso tras la cuarentena, Jony destacó: “Contento por el presente del equipo, por volver a estar dentro de una cancha de básquet. Es importante volver a competir, sentirnos nuevamente que somos jugadores de básquet. Eso es la parte fundamental de jugar en la burbuja”.
“Lo que no se puede hacer en este sistema es entrenar. Entonces, los equipos que están bien, no pasa nada. Con un repaso, scouting y un estiramiento están bien. Los equipos que tienen que trabajar cosas puntuales, se dificulta mucho más”, advirtió.
“Estamos todos abocados todos en la misma, meter la mejor energía, jugar el mejor básquet posible y que cada uno esté lo mejor posible. Todo es raro. Pero desde que se concretó esta posibilidad me puse el chip de venir a disfrutar, jugar al básquet, hacer lo mejor que pueda para mi equipo y disfrutar la competencia”, analizó.
“Tengo que saber administrar el físico como la cabeza para todo el desarrollo del torneo. A los 35 años, con 17 temporadas, me pone muy feliz que un equipo que quiere estar en las instancias decisivas, me tenga en cuenta. Habla de lo que puedo brindarle al equipo y la confianza que me tienen los compañeros. Es recíproco y mutuo. Es lo lindo de jugar en un equipo”, concluyó Treise.
“(La 17ª temporada en la Liga) la tomo con responsabilidad, compromiso, como si fuera la primera Liga. El paso de los años tiene su desgaste. No soy el de veintipico de años, pero tampoco soy un retirado de la profesión.”