Muchos cocinan guiados por la intuición, siguiendo costumbres heredadas de la familia o lo que ven en redes sociales. Pero cuando se trata de sofreír ajo y cebolla, surge una duda clásica: ¿Cuál se pone primero en la sartén y por qué?
¿Hay que cocinar primero el ajo o la cebolla? El orden influye en el sabor final del plato, pero no existe una única forma "correcta" de hacerlo. Detalles.
Muchos cocinan guiados por la intuición, siguiendo costumbres heredadas de la familia o lo que ven en redes sociales. Pero cuando se trata de sofreír ajo y cebolla, surge una duda clásica: ¿Cuál se pone primero en la sartén y por qué?
La respuesta es relativa: el orden influye en el sabor final del plato, pero no existe una única forma "correcta" de hacerlo. Todo dependerá de qué ingrediente se quiere destacar más o de qué preparación se esté cocinando.
Más allá de qué va primero, el verdadero arte del sofrito está en el tiempo. Cocinar sin prisas, dejar que los ingredientes se integren lentamente, y remover con frecuencia para que no se peguen ni se quemen es lo que transforma una mezcla básica en el alma de un buen plato.
¿POR QUÉ CONVIENE SOFREÍR PRIMERO EL AJO?
El sofrito es, sin duda, una de las bases clave de la cocina española y mediterránea. Aunque mucha gente comienza con la cebolla, lo ideal es empezar con el ajo. ¿La razón? Cada ingrediente reacciona de forma distinta al calor.
Cuando se calienta, el ajo libera aceites naturales que se mezclan con la grasa que uses (aceite, mantequilla o margarina), lo que aporta un sabor fuerte y característico. En cambio, la cebolla suelta agua, lo que dificulta que el ajo se dore si lo agregas después.
Por eso, si vas a empezar con el ajo a fuego muy bajo y lo dejas dorar apenas un poco, lograrás un sabor más profundo y equilibrado. Luego, añades la cebolla, que se cocinará con su propia humedad, sin riesgo de quemar el ajo.
Esta técnica resulta muy útil en platos como arroz blanco, pastas al ajo o guisos en los que se busca que el ajo tenga protagonismo. En estos platos, el ajo dorado aporta un sabor inconfundible y delicioso.
¿Y SI PREFIERO EMPEZAR CON LA CEBOLLA?
También es válido. El orden de los ingredientes depende mucho del gusto personal. Si se comienza con ella, su sabor será más protagonista. El ajo, al entrar después, quedará más suave y en segundo plano.
Este método es ideal para una salsa de tomate, un estofado o un salteado de verduras, donde se quiere una base más equilibrada y suave. Lo ideal es probar ambas formas y elegir según el resultado que busques.
