Las plataformas de apuestas online encontraron en la población de adolescentes y jóvenes un foco de usuarios que, por cuestiones madurativas, presentan vulnerabilidades mayores a otras franjas etarias que los predisponen especialmente a adquirir hábitos adictivos, problemas de salud mental, desarreglos económicos y conflictos familiares y sociales. Y a partir de allí comenzó a desarrollarse un problema que hoy se ha esparcido en toda la Argentina.
Esta situación, a fines del año pasado, fue el disparador para un relevamiento con pocos antecedentes en el país, bajo el lema "Apostar no es un juego. El equipo de investigación quedó conformado por los licenciados Constanza Alonso, Fernando Cabani y Martín Romeo (vinculados a la política y la comunicación) y por un equipo interdisciplinario de profesionales y docentes egresados de distintas universidades que recientemente presentaron la versión final de un informe en el que indagan sobre esta cuestión.
La idea de llevar a cabo este trabajo surgió a partir de una alarma que sonó en Chivilcoy, uno de los 135 partidos bonaerenses, ubicado al norte de la Provincia y donde viven menos de 100.000 habitantes. Docentes de la ciudad transmitieron su inquietud a funcionarios por las apuestas online en los colegios. "En los recreos, pero también en el aula", aclararon como para que se entienda, rápido, que hablaban más de una adicción que de un entretenimiento. Además, se ha normalizado el hecho de que adolescentes se reúnen fuera del horario escolar y, en lugar de socializar, se dedican a apostar.
Fueron entrevistados, voluntariamente, más de 9.000 hombres y mujeres de entre 15 y 29 años, con la ayuda de universidades, ONG, gestiones municipales y provinciales, y dirigentes de diferente extracto partidario. Un abanico amplio que les da contexto y genera preocupación por los resultados, que serán presentados el próximo lunes 30 en la facultad de Ciencias Sociales de la UBA.
Esto llevó a los investigadores a trazar sus primeros lineamientos sobre el tema, aunque al profundizar en la cuestión identificaron que se trata de "un problema mucho más amplio, que afecta de manera transversal a chicos y chicas de todas partes y todas las extracciones sociales y económicas".
En el documento que explica los datos recolectados por el equipo de "Apostar no es un juego" se precisa que, para la elaboración del trabajo, se llevaron a cabo más de 9.000 encuestas entre marzo y julio, con voluntarios de 15 a 29 años de 360 localidades de las 24 provincias.
"Según el Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos, el 30% de la población tiene alguna vinculación con las apuestas en Argentina, donde 7 de cada 100 son considerados adictos", apunta el texto.
Y agrega: "Otros estudios internacionales indican que mientras a un adulto le toma 7 años convertir el hábito de apostar en un consumo problemático, a un joven puede tomarle 2 años".
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3 de 4 cuatro jóvenes dedican hasta 2 horas diarias a las apuestas. (Infobae).
Estos son algunos de los datos que aporta el informe: para entender la masividad y profundidad del problema:
- En primer lugar, preocupa el hecho de que "casi la totalidad de los adolescentes y jóvenes (94%) escucharon hablar de apuestas online", mientras que "el 40% apuesta actualmente o apostó recientemente". De estos, 3 de cada 4 dedican hasta dos horas diarias a las plataformas de apuestas que, en su mayoría, son ilegales.
- Entre quienes no han apostado se destaca la "percepción de aislamiento", una sensación de "quedarse afuera del grupo" o "sentirse un idiota " por no apostar.
- Consultados sobre lo que motiva la pérdida o ganancia en las apuestas, el 60% de los voluntarios respondieron que esto se explica por el azar. Pero 1 de cada 5 consideró que el resultado "depende de sus conocimientos", algo que se aprecia fundamentalmente en las apuestas deportivas.
- Esto representa la ilusión de dominar los resultados, que se vincula además con los problemas de salud mental que experimentan los y las jóvenes que apuestan. En este sentido, el informe apunta que "el 30% de los apostadores ha experimentado ansiedad o estrés por el hecho de no haber podido realizar una apuesta".
- En promedio, los adolescentes y jóvenes apuestan el equivalente a 2 de cada 3 pesos que reciben de sus padres y madres para afrontar gastos cotidianos. Los montos apostados mensualmente varían significativamente dependiendo de las edades, del género, del nivel educativo, de la condición de ocupación, de la condición de permanencia en establecimientos educativos y del estrato socioeconómico del hogar de residencia.
- También destaca el dato de que la cantidad de varones que apuestan duplica a la de mujeres.
- Se mueven en un ambiente donde predomina el clima de apuestas. 3 de cada 4 conoce amigos, amigas o allegados que realizan apuestas en línea. El extendido entorno de apostadores es un factor de riesgo para quienes aún no han apostado o para quienes, incluso apostando, pretenden dejar el hábito.
En vista de este problema, en el Congreso de la Nación se han presentado hasta el momento 27 proyectos de ley que buscan establecer normativas que le pongan un freno a la proliferación de plataformas de apuestas entre los más jóvenes.
Una de las iniciativas apunta a "regular la publicidad", que según el documento se ha vuelto "agresiva e infranqueable" en distintos soportes, entre los que se encuentran: "los principales equipos argentinos de fútbol, los torneos locales e internacionales, jugadores referentes para muchos niños, niñas, adolescentes y jóvenes, influencers, la televisión abierta, la vía pública, las apps de resultados deportivos".
Otros enfoques apuntan a limitar o prohibir el uso de los teléfonos celulares en las escuelas, o bien a regular directamente las plataformas mediante, por ejemplo, un sistema de filtro basado en los datos biométricos de menores de edad, para que al completar esa validación de identidad se les impida el registro en aplicaciones de apuestas.
Los varones que apuestan duplican a la de mujeres. (Infobae).png
Los varones que apuestan duplican a la de mujeres. (Infobae).
- LOS DOS GRANDES GRUPOS DE APUESTAS ONLINE
Para entender el fenómeno, primero hay que dividir a las apuestas online en dos grandes grupos. Los casinos online, que replican los juegos de las salas presenciales; y las apuestas deportivas. En este último caso, la diversidad de posibilidades para apostar es infinita
La gran diferencia con un casino tradicional, es que te requería ir a un lugar, tenía horarios. Acá se puede apostar 24 horas sin moverte de tu casa y al no tener que poner los billetes en el momento de la apuesta, es como cuando comprar con tarjeta de crédito.
Un punto central, obviamente son los controles. O más bien la falta de ellos. En las sitios de apuestas legales (los que terminan con ".bet.ar") hay más limitaciones para certificar que los que apuesten efectivamente sean mayores de edad. Hay que certificar DNI y foto, entre otras cosas. Y se certifica con el Renaper.
Pero lo más preocupante, es el mundo de sitios ilegales, con poco o nulo control, donde se pueden encontrar ludópatas de 11 o 12 años. Y la Argentina, como en muchos otros flagelos, corre de atrás (y pésimamente).
Uno de los objetivos es, justamente, que a partir de este informe el tema tome mayor volumen en la población y en el Parlamento se unifiquen propuestas.
¿LO SABÍAS?
¡CUIDEMOS A NUESTROS ADOLESCENTES Y JÓVENES!