Deseo desearles una hermosa Navidad. Por estos días, mucha gente está comprando regalos para dárselos a sus seres queridos, está en las calles para conseguirlos. La Navidad en sí es un regalo, porque es el regalo de Dios dado que su hijo Jesús se hace hombre, que muere en la Cruz para salvarnos y que nos hace hijos del Padre a todos los hombres.
Ese es el mayor de los regalos, recordemos que cuando aparecen los ángeles a los pastores, lo que les van a decir es “gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres”. Jesús viene a traer paz.
Una paz que es distinta a las que piensan a veces los hombres, que es sólo la ausencia de conflictos. Sin embargo, en este momento en que en muchas partes del mundo hay conflictos y peleas, la Navidad viene a traernos la paz, esa paz de Dios.
Fíjense ustedes que Jesús resucitado cuando aparece a sus discípulos, lo reconocen justamente por el saludo la paz: “la Paz sea con Ustedes”. Esto mismo decimos muchas veces en la misa. Por eso creo que el regalo más lindo que le podemos pedir al Niño, además de su salvación, es el regalo de la paz. Que haya paz en el mundo que nos rodea, en nuestra patria, porque hay peleas y discusiones, sin aceptar que el otro tiene razón, por ejemplo. -
Esa paz brota del interior del hombre, del que encontró a Dios. Por eso la Navidad viene a acercarnos a Dios para que encontremos la paz. Y si nos encontramos con Él, va a ser indudablemente una verdadera Navidad, que lleve la paz al corazón del hombre.
Por eso lo mejor que podemos pedir a Jesús en esta Navidad es la paz en el corazón nuestro, que se logra con la reconciliación. Que no pase desapercibida esa paz exterior por la reconciliación. Tampoco que pase sin oración, de hacer silencio sin preocuparme por el otro, esa paz tiene que llevarme a preocuparme por el hermano, porque la caridad es fruto de la paz.
Pidamos en esta navidad que llene nuestro corazón para que seamos instrumentos de paz, como decía San Francisco de Asís, “hazme Señor, que seamos instrumentos de tu paz”.
Que esta navidad recibamos a Jesus con la paz y que seamos portadores de esa paz a un mundo que está lejos de Dios. Que el señor les conceda una maravillosa Navidad llena de frutos y de bendiciones. Que les conceda su paz en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.