Que la pelota nunca falte

Un grupo de amigos creó el proyecto “Revolución pelota”. La misión: llevar balones a los potreros de todo el país. Creen que es una herramienta social. Se largan en la zona.

7 de diciembre de 2014 - 00:00

Con el fútbol como excusa, un grupo de amigos se propuso hace 2 años empujar la pelota hacia los lugares más necesitados, utilizándola como medio para, a través de la solidaridad, unir espacios, personas y kilómetros. Así nació la ONG  “Revolución pelota”.
El chip mental del argentino promedio está configurado para convertir en pelota cuanto objeto muestre un mínimo indicio de óvalo. Un bollo de papel, un par de medias, una botella de plástico han hecho su mayor esfuerzo para mantener unidos durante horas a personas, entidades que cuando la pelota empieza a girar, se abstraen del mundo de los problemas y de las diferencias socioeconómicas.
Con el objetivo de que no se erradiquen los potreros y que nunca falte la caprichosa (como diría el periodista Quique Wolff), nació hace 2 años “Revolución Pelota”, una ONG que recorre comunidades donando balones.
Facundo Leiton, uno de los cuatro integrantes del grupo, dialogó con Código Plaza (FM Plaza 92.1) y contó que el proyecto comunicacional nació a partir de dos de ellos en un viaje en 2012 para reforzar valores al compás del pique de la número 5. Cargaron una camioneta llena de pelotas y se mandaron a repartirlas así sin un destino y fueron encontrándose con un montón de historias, canchitas y potreros a lo largo de Sudamérica.
En esa primera experiencia se repartieron 80 pelotas en 5 países diferentes, lo que sería el puntapié inicial de un partido en el que la integración y la solidaridad vienen ganando por goleada.

Picando fuerte
Desde su nacimiento y con el correr de los meses, su sitio revolucionpelota. org y su perfil en la red social de fotos Instagram (revolucionpelota) y en Facebook, han logrado trascendencia al punto de empezar a recibir pedidos de pelotas desde lugares remotos, como la ciudad jujeña de Tilcara, o el reciente destino del clan a tierras coloradas en Posadas, provincia de Misiones.
“Cuando me regalan una pelota, me pongo feliz. A ellos les pasa exactamente lo mismo, la cara de felicidad es pura. La pelota te une sin importar la escala social, económica”, reprodujo el joven acerca de la devolución por parte de los chicos que recibieron pelotas.
Hasta el momento llevan recorridos cerca de 32 mil kilómetros, entregando 215 pelotas en pequeños clubes y potreros de distintas provincias, conscientes de la influencia del deporte en los más chicos. Se calcula que con su aporte han logrado entretener a casi 2 mil chicos, aportándoles algo más que diversión. Como establecen en su web, “la práctica del juego mejora la calidad de vida, genera un entorno sano, aleja a los chicos de la calle, fortalece la amistad y el trabajo en equipo”.
Para este cierre de año se espera recorrer potreros y escuelas de fútbol de la provincia de Buenos Aires, como en el barrio La Cava de San Isidro o el Itatí de Matheu, donde se encuentra el club La Rivera. Como medio para unirse a la revolución, desde el sitio del grupo se puede tanto donar una pelota como dar a conocer un potrero para recibirlas. Además de esto, se realizan habitualmente campañas de donación de pelotas, camisetas y botines, en campeonatos de fútbol amateur de zona norte.


“Creemos que la pelota es una poderosa herramienta social. Es una excusa para atraer a los chicos”.

FACUNDO LEITON.


215 Pelotas repartidas
1970 Niños alcanzados
31754 Kilómetros recorridos
1 Pelota se necesita para hacer feliz a 10 chicos

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