Con el fútbol como excusa, un grupo de amigos se propuso hace 2 años empujar la pelota hacia los lugares más necesitados, utilizándola como medio para, a través de la solidaridad, unir espacios, personas y kilómetros. Así nació la ONG “Revolución pelota”.
El chip mental del argentino promedio está configurado para convertir en pelota cuanto objeto muestre un mínimo indicio de óvalo. Un bollo de papel, un par de medias, una botella de plástico han hecho su mayor esfuerzo para mantener unidos durante horas a personas, entidades que cuando la pelota empieza a girar, se abstraen del mundo de los problemas y de las diferencias socioeconómicas.
Con el objetivo de que no se erradiquen los potreros y que nunca falte la caprichosa (como diría el periodista Quique Wolff), nació hace 2 años “Revolución Pelota”, una ONG que recorre comunidades donando balones.
Facundo Leiton, uno de los cuatro integrantes del grupo, dialogó con Código Plaza (FM Plaza 92.1) y contó que el proyecto comunicacional nació a partir de dos de ellos en un viaje en 2012 para reforzar valores al compás del pique de la número 5. Cargaron una camioneta llena de pelotas y se mandaron a repartirlas así sin un destino y fueron encontrándose con un montón de historias, canchitas y potreros a lo largo de Sudamérica.
En esa primera experiencia se repartieron 80 pelotas en 5 países diferentes, lo que sería el puntapié inicial de un partido en el que la integración y la solidaridad vienen ganando por goleada.