En Pilar, obispos piden “reflexión” por reforma del Código Civil

El Episcopado solicitó que el Gobierno no se apresure a aprobar el proyecto y reclamó “amplia participación federal”. Fue ayer desde el predio de El Cenáculo donde está reunido.
28 de abril de 2012 - 00:00

La Conferencia Episcopal Argentina (CEA) pidió ayer desde Pilar, una “madura reflexión y una amplia participación federal” en la reforma al Código Civil, propuesta por el Gobierno, y señaló que “no caben urgencias” en el tratamiento de temas de “tanta trascendencia”.

Así lo afirman en un documento titulado “Reflexiones y aportes sobre algunos temas vinculados a la reforma del Código Civil”, dado a conocer ayer al mediodía en una rueda de prensa durante la asamblea plenaria de obispos que se desarrolla en El Cenáculo-La Montonera de Pilar desde el lunes y que finaliza hoy, presidida por su titular, monseñor José María Arancedo.

En el texto, los obispos proponen una “reflexión” para contribuir a la “mejor reforma” del Código, en temas como la dignidad de la vida concebida, el valor del matrimonio y la familia, y la protección de los derechos del niño.

El proyecto de reforma -presentado en marzo por la presidenta Cristina Kirchner y el titular de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti- incluye entre sus modificaciones la simplificación de los trámites de adopción y de divorcio; la incorporación de los contratos prenupciales para dividir las ganancias; la fertilización asistida, el alquiler de vientres y la donación post mortem de gametos.

En el documento difundido ayer, la Iglesia afirma que la reforma al código “nos compromete, y no podemos, por ello, permanecer indiferentes ni ser espectadores de decisiones que nos involucran y que requieren de una madura reflexión y de una amplia participación federal” y agrega: «no caben urgencias en temas de tanta trascendencia”.

Los obispos señalan la importancia del Código Civil, en el que se “expresan doctrinas o corrientes de pensamiento que van a incidir en la vida de los argentinos”, y advierten que una eventual reforma “debe tener en cuenta la riqueza de nuestras tradiciones jurídicas y constitucionales, como los principios y valores que hacen a nuestra vida e identidad”.

Entre las cuestiones que el nuevo código debería tener, se encuentra -según los prelados- “la necesidad del reconocimiento del comienzo de la vida humana desde la concepción y su necesaria protección jurídica”, en relación a la entidad de los embriones congelados.

En el documento, hablan también de la “valoración de la familia fundada sobre el matrimonio, como relación estable del varón y la mujer y ámbito primero en la educación de los niños”, así como la importancia de resguardar los derechos del niño, respecto de su “vida e identidad, como el justo conocimiento de sus derechos de filiación, paternidad y maternidad”.

“Cuando se privilegian en estos temas los deseos o voluntad de los adultos, se descuidan los derechos esenciales del niño. Cuando se parte, en cambio, del valor único e irrepetible de la vida concebida, el adulto tiene más obligaciones que derechos”, afirman.

La asamblea de obispos destaca que el anteproyecto conocido “es fruto del encomiable esfuerzo de muchas personas que han aportado su sabiduría y experiencia” y remarcan, entre otras cuestiones, la inclusión de temas como “los derechos humanos y su protección jurídica, la preocupación por proteger la vivienda familiar, y los derechos de las comunidades indígenas”.

 

 

 

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