Reclamos vecinales en dos barrios por el estado de las calles

Son La Alborada y El Dorado, en Presidente Derqui y Pilar. Ambos coinciden en que su mayor preocupación son las urgencias y la seguridad. Piden respuestas del Municipio.

23 de octubre de 2012 - 00:00

Las intensas lluvias de las últimas semanas vuelven a poner en el ojo de la crítica la falta de asfaltos y el mal estado de las calles de tierra como uno de los mayores problemas de los vecinos pilarenses.

Pero a su vez, los fervorosos reclamos de los frentistas tienen como principal preocupación la seguridad y las posibles urgencias que serían imposibles de zanjar por lo intransitable de esas arterias.

Ayer se juntaron dos reclamos similares, aunque de dos puntos opuestos del distrito, La Alborada de Presidente Derqui y El Dorado, de Peruzzotti.

En el primero, los vecinos aseguran que ya han realizado varios reclamos al Municipio y que las calles del barrio están “cada vez peor”: “Ya no es un barrio de casas de fin de semana”, enfatizaron.

“Algo está funcionando mal, porque si hablan de seguridad y aseguran que es la principal preocupación de las autoridades. Con las calles así, es imposible que haya seguridad, si la policía ni puede patrullar”, señaló Patricia, una de las vecinas que hicieron el reclamo.

En tanto, la mujer, remarcó: “ahora hay patrulleros nuevos, pero si a esos autos los hacen andar en estas calles, en dos días ya no hay más patrulleros porque se rompen todos”.

Coincidiendo con las declaraciones de su vecina, Analía, disparó: “esperamos que nos den una solución, porque después de estas lluvias vamos a estar semanas o quizás meses sin que pueda ingresar, un patrullero, una ambulancia o un remis”.

 

Perseverancia

Similar y urgente es la problemática de los vecinos de Peruzzotti, en el denominado barrio El Dorado que está a unas 30 cuadras de la ruta 28.

Allí el pedido es sobre una sola arteria, la calle Vasco Da Gama, que tiene una extensión de 3 kilómetros, totalmente de tierra.

Allí los frentistas, también denuncian que la calle, en gran parte desolada, hasta llegar al vecindario, se convierte en un “basural de autos desmantelados”, los cuales son abandonados durante la madrugada.

“Presentamos firmas y hemos hablado con muchos funcionarios del área de Obras Públicas y el Obrador municipal, pero no obtuvimos soluciones”, aseguran.

En un escrito que entregaron a El Diario, describen los reclamos efectuados, desde 2005 al 2012, a través de cartas con firma y sello de recibido.

 

 

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