La escuela más antigua de Derqui, a punto de colapsar

Se trata de la Nº11. Sufre serias falencias edilicias y exceso de matrícula. Anunciaron obras pero la empresa adjudicataria no empezó y se trabó en un problema legal que parece insoluble.

12 de septiembre de 2010 - 00:00

 

El cartel de obra, colocado frente a la escuela, parece una burla.

 

 

Es la escuela decana de la ciudad de Presidente Derqui; fue creada hace 123 años, cuenta con una importante matrícula entre alumnos de Primaria, ESB y Secundaria para adultos. Pero de no implementarse una postergada reparación edilicia podría colapsar, y no comenzar su próximo ciclo lectivo.
Es que la Escuela Nº 11 hoy atraviesa serios problemas de infraestructura, y lo peor de todo es que estaba designada para las imprescindibles obras que nunca se hicieron. Tal es así que a mediados del año pasado la Dirección General de Escuelas de la Provincia, hizo colocar un cartel sobre su frente donde se anunciaban los trabajos, el monto, el plazo estimado y la empresa responsable.

Pero las obras nunca empezaron y nada garantiza que comiencen, al menos, durante lo que resta del año. Y motivos para esa total incertidumbre no faltan, porque según lo informado por aquella misma dirección de La Plata, a la firma se le habría adelantado dinero, pero presuntamente quebró y ahora se está en juicio para que devuelva el monto o dé inicio al proyecto. A su vez, eso invalidaría otro llamado a licitación para adjudicar todo a otra empresa constructora.

Un sólido ejemplo de los problemas que sufre el establecimiento educativo son sus baños, algo fundamental tanto para sus docentes como para su matrícula de 675 chicos de Primaria, unos 300 de ESB y otros 130 de la Secundaria nocturna.

“No tienen azulejos o están rotos, igual las canillas que pierden agua, los inodoros son viejos y sus caídas de aguas funcionan mal, se tapan muy seguido por tener caños de cemento viejos, el agua servida resurge, algunos ya no se pueden usar, y cada 15 días hay que pagar el camión atmosférico para desagotar los cuatro pozos ciegos”, comentó un directivo del establecimiento.

Luego hay otro serio problema: el hacinamiento de maestros y alumnos ya que con semejante cantidad muchas de sus aulas deben contener entre 36 y 40 chicos, cuando lo indicado es no más de 30.

Ese inconveniente, además de la refacción completa de los baños, fue tenido en cuenta y se proyectaba la construcción de una nueva loza para levantar allí cuatro aulas. Pero otro suceso nefasto, y casi sin precedentes, se desató con las intensas y constantes lluvias de la semana pasada.

El agua caída se fue acumulando en el patio frontal del viejo edificio por no tener canales de escurrimiento y superó los 10 centímetros. “Parecíamos patos en el agua, el personal de maestranza, los docentes y muchos chicos tuvimos que mojarnos los zapatos para llegar a las aulas, era un gran lago”, agregó otra docente de la escuela ubicada sobre calle Isolina Raíces y frente a la céntrica plaza Antonio Toro.

 

 

Desesperanza
Una situación difícil de destrabar

El cartel de chapa fue colocado a mediados de mayo de 2009. Claramente se lee “Empresa: CCR Construcciones, Contrato: $ 846.590,93. Plazo: 180 días”.

Jamás comenzó la obra en término, pasaron los seis meses estipulados y los directivos se preguntaban qué ocurría. Hasta que la directora de la escuela recurrió al Consejo Escolar de Pilar y un funcionario la acompañó a La Plata para averiguar en la Dirección General de Escuelas qué había sucedido.

Peor respuesta no pudieron obtener: “No podemos dar ninguna fecha para los trabajos porque la empresa responsable estaría sometida a juicio luego de un presunta estafa al Estado”.

O sea que la DGE, de acuerdo a lo habitual, le adelantó una parte del monto acordado en la adjudicación de obra y al poco tiempo la empresa, literalmente, habría desaparecido. Luego se supo que estaba quebrada. Se ubicó al titular de la firma, o al menos a quien firmó el recibo del dinero y se lo intimó a comenzar los trabajos o devolverlo.

Pero no ocurrió ni una cosa ni la otra, y ahora el Estado le habría entablado un juicio. Y lo más incongruente sería que hasta que no se recupere la plata no se podría hacer otro llamado a licitación por los mismos trabajos. “Ya no tenemos sólo chicos del centro de Derqui, en los últimos años vienen desde diferentes y hasta lejanos barrios, ya no hay lugar en las aulas, estamos prácticamente sin baños y cuando llueve se inunda todo, así que no sé que vamos a hacer porque algunos docentes han pedido el pase a escuelas que, al menos, tienen baños y no letrinas como las que a veces usamos en el fondo”, dijo muy desesperanzada otra maestra de la vieja, querida, y casi abandonada a su suerte, Escuela Nº 11.

 

 

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