1º Castigó Hueso
Alejandro Irigoyen fue el dueño del primer cuarto y el que inició el dominio de Atlético en el partido. Desde su mano caliente (4 triples) fue el socio ideal para un Germán Género (9 en el parcial) que ya mostraba que sería determinante en el duelo. El Rojo, muy flojo en defensa, resistía por los embates ofensivos de un goleo repartido. Pero en los rebotes, también se empezaba a inclinar la balanza para la calle Ituzaingó.
2º Respondió Mocha
El 2º parcial amenazó con la primera escapada de Atlético, con un buen pasaje de Cristian Azurmendi. Pero el Rojo respondió con los tiros a distancia y un Christian Arias mostrando su mejor repertorio. Dos triples y rompimientos hasta el aro enderezaron el rumbo. Pero, Germán Género (una vez más) cerró el 1º tiempo con otra jugada que pintó el clásico. Tomó un rebote largo y contra la chicharra puso el 42-40.
3º El Ancho de espadas
Germán Género venía tomando confianza y en una gran noche (14 en el 1º tiempo), su actuación en el complemento fue faraónica. Demolió al Rojo en ataque con 11 puntos en el 3º cuarto (40 en total), fue muralla defensiva y dueño de los rebotes. Una actuación fantástica para un jugador de máxima calidad, que se raspa y sacrifica como lo hizo toda su vida. ¿Sportivo? Desaparecido en acción.
4º Fiesta con Lemonchelo
Lo de Género siguió como una topadora, arrasando cualquier ilusión del Rojo. Cuando hubo un acercamiento que complicaba al Rancho, apareció Alejandro Boenigk para ponerle la tapa al clásico. Dos triples suyos fueron determinantes. El primero frenó una arremetida roja y el segundo fue cuando se terminaba el reloj de 24 segundos. Y con ese bombazo, Atlético sacaba la máxima de ese momento (68-58).