Literatura

Soy mano: Vivir en red. Una forma de vida

por Graciela Labale

18 de mayo de 2024 - 17:03

¿Y si funcionamos en red o al menos lo intentamos?

Si hay algo que los gobiernos totalitarios saben hacer muy bien, ya sea en dictadura como en democracia, desde siempre, es la destrucción del tejido social. Logran que entre humanos solo haya miedo y soledad, de esa forma nos dominan. Consiguen que aún entre vecinos o peor aún entre familia, se vea al otro como enemigo potencial, como el que me puede matar o robar a la vuelta de la esquina. Los malos son siempre los demás, los de enfrente, los de atrás de la vía o los del otro lado del arroyo. Lo vemos mucho por estos pagos donde “los buenos” se resguardan entre rejas y “los malos” quedan afuera de casi todo, del acceso a la salud, la educación y hasta del plato de comida. Entonces, ante esto, ¿qué se puede hacer? Modestamente pienso (y por suerte no soy yo sola) que lo único que puede salvarnos de esta coyuntura tan difícil es volver a tejer redes. Armar una cadena de favores que nos ayude a la reconstrucción del lazo social, donde todos puedan dar y recibir (y no solo bienes materiales), donde todos puedan construir un vínculo más igualitario, más justo y más sano.

Hace un tiempo ya, un grupo de personas conformamos una asociación civil en el mismo espacio donde había funcionado la Fundación PIBES, que se disolvió y que gracias a la generosidad del entonces presidente de la ONG, Esteban Charpentier, nos quedara con el objetivo de continuar su labor humanitaria en el barrio Nuestra Señora del Pilar, como Centro Comunitario, al servicio de las familias del lugar. Fue en ese momento, cuando decidimos bautizarlo con el nombre de “Somos RED”, convencidos que individualmente nada se puede. Obviamente la primera red que tejimos fue con nuestros amigos de la Biblioteca Palabras del Alma, la primera en llegar a dicha vecindad y con el CAPS de Villa Verde; así continuamos juntos, tratando, con lo que podemos, de responder a múltiples demandas pero buscando soluciones entre todos, desde el amor y la comprensión. Ahora, al amparo de las buenas intenciones y del espíritu colectivo, surgió una nueva iniciativa a partir de donaciones recibidas de elementos ortopédicos, la llamamos con la sigla ROSPi, Red Ortopédica Solidaria Pilar, a la que sumamos a otras instituciones del distrito y así en red, valga la redundancia, se intenta dar respuesta a las necesidades de las personas que padecen algún tipo de discapacidad temporaria o definitiva y no pueden acceder a esos soportes. No siempre es posible, desde ya, pero lo intentamos.

A tejer redes y armar cadenas de favores, y que sean indestructibles. Porque si vos estás ahí, todo es más fácil. Porque vivir en red es una forma de vida.

“Por más puentes que nos unan y menos muros que nos dividan”.

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