Literatura

Soy mano: Un tornado arrasó mi ciudad

Por Víctor Koprivsek

9 de agosto de 2024 - 11:13

Un tornado F4 te arrasa la cabeza en tu patio de pantallas, en tu tiempo de ansiedades y miedos a la hora del desvelo azul cuando prendés el celular a las dos de la mañana con la excusa de no poder dormir.

Yo me crié con los pibes de la cuadra sin relojes. Todavía me acuerdo cuando nos regalaron a todos un Citizen y andábamos en patas y cuero mostrando ese reloj dorado como si fuera un deslumbramiento.

Hacíamos carreras en el potrero y cronometrábamos los segundos hasta que nos aburrimos y guardamos en la mesita de luz esas esposas a cuerda, para volver al cordón de la vereda y sentarnos a intercambiar figuritas de Titanes en el Ring o bolitas japonesas o qué sé yo.

Por ahí andaba nuestra infancia de puro mandado para quedarnos con las monedas que sobraban y jugar unos fichines al metegol.

Ahora la calle parece mala, pero entonces nos armábamos circuitos magníficos para correr con nuestros kartings de tablas y rulemanes con sogas como volantes y sin frenos, solo talones, pura suela gastada para no dártela de frente con el colectivo que justo doblaba la cuadra sin mirar.

Este sábado en la esquina de la Plaza de Derqui recordamos a Leonardo Favio y su película en blanco y negro filmada en el barrio hace 55 años.

Cosas del tiempo no acordarnos que hicimos hace tres días y, sin embargo, todavía en el pueblo se habla de cuando Graciela Borges comía en el Patio Criollo y Favio le compuso esa canción a Carola, su gran amor.

Y todo en Derqui. Cosas de Dios.

San Martín y Belgrano, vaya esquina donde hacemos este Encuentro de Amigos, ahí donde se cruzan los dos próceres en el viejo Almacén, donde montaron la Ferretería de Vila para que la señorita Plasini iluminara la noche con su pálida belleza en El dependiente.

Desde las diez de la mañana hasta las siete de la tarde vamos a mirar las cosas que nos pasan, a los ojos.

Y vamos a escuchar las palabras de la poesía y los acordes de la canción.

Porque en las pantallas, el tornado F4 se está comiendo los árboles frutales y los está arrancando de raíz mientras las hormiguitas laboriosas luchan y luchan en silencio, cuidándose entre ellas, reconociéndose con sus antenitas cuando se encuentran en el camino.

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