Literatura

Soy Mano: Me gustan los 80's

Por Víctor Koprivsek

20 de septiembre de 2024 - 17:29

personas bailan temas de los 80. Desaforadamente.

Dicen que todos ríen mientras bailan, que la música hace que nadie pueda estar quieto, que las muecas de los rostros transmiten felicidad.

Dicen que hay bolas de espejos colgadas en los techos y máquinas de humo y que la gente se abraza cuando baila. Que algunos no se conocen pero se respetan tan sólo por compartir pista, por compartir la música de los ochenta, por cantar esas canciones inmortales con los brazos levantados.

Cuenta la leyenda que en esos lugares escondidos, en la entrada te reciben tan bien que parece otro mundo. Un mundo de amabilidad y cofradía.

!Me gustan los 80's! Sí. Retumban las risas, los cuerpos, las estaciones, los recuerdos, las vivencias, los anhelos. La vida que fue y que no fue.

Dicen que en esos lugares la pista se llena y que hay una pasarela que la rodea y con miradas que abrazan la gran fiesta de la danza sin tiempo, con pasitos y coreografias, con grupos de amigas y amigos sin edad.

Dicen que durante esas cuatro o cinco horas que duran los encuentros, a nadie le duele la rodilla ni los pies ni la cadera. Que es una cura milagrosa, una especie de umbral de juventud.

Dicen que, incluso, hay mujeres que llegan solas y bailan solas, que están llenas de recuerdos y entran en una máquina del tiempo que se enciende con “La isla bonita”, de Madonna.

A ver si se acuerdan de este tema? Grita el Dj desde la esquina con las manos que suben y bajan como un hacha talando timideces.

Cuentan que hay fotógrafas atrapando momentos y que las gentes posan gustosas, inmortalizando estrellas que titilan en sus ojos.

Cuentan de personas haciéndose selfies girando sobre si mismas como trompos mientras rozan los cuerpos de al lado y laten melodías de la vieja guardia.

Michael Jackson, Erasure, Modern Talking. Éxtasis, brazos alzados, nada qué esconder.

Dicen que no importa el reuma ni la artrosis, dicen que el manguito rotador se vuelve un helicóptero cuando suena “Rumba, samba, mambo”.

Un océano de cabezas peladas moviéndose con la marea de un rock americano o cuando suena “Las camas están ardiendo” de Midnight Oil.

Todo se vuelve coro, dicen que hay Djs que desatan caballos para que trepen las praderas, uno de esos dicen que se llama Javier.

Agarra el micrófono, tira frases entre tema y tema. Bailen señores, bailen. Se hamaca y canta, salta, su rostro se comprime con esa canción que hace rato no ponía.

Es otro mundo, el idioma de la risa, el vaivén de un clásico inolvidable marcado a fuego. Un clásico de los 80, cuando la música de película se bailaba en los boliches: “Dirty Dancing”, “Flasdance”, “Gloria” de Laura Branigan.

Por Dios, momento alto de la noche.

Todo el ayer tomado de la mano, transpirando un amor extraño, inolvidable, con la música de los 80s.

“Sweet Dreams”... Dulces sueños, queridas y queridos lectores.

Seguí leyendo

Dejá tu comentario

Te Puede Interesar