Literatura

Soy Mano: El espejismo

por Víctor Koprivsek

13 de julio de 2024 - 08:35

Por momentos creo que Derqui es una idea sublime que nuestra mente proyecta.

Vemos belleza por doquier, somos felices tan sólo con saludar. Vamos a comprar el pan y tardamos una hora.

Se arman grandes debates en las veredas derquinas. Intentamos respuestas a preguntas existenciales mientras el sol de invierno nos abraza el alma y entibia los rostros.

En fin, cositas simples, sencillas, momentos sustanciales de la vida, cotidianos, pero cargados de una poesía extraordinaria.

La gente mayor en sus bicicletas, la Plaza principal detenida en el tiempo, el humilde campanario de la iglesia, la Estación Toro, los comercios con gente baldeando antes de levantar las persianas.

El detalle de las esquinas con sus vendedores de tortillas, el tumulto de las familias en la puerta de las escuelas en los horarios de entrada y salida de clases.

Si un joven persigue un sueño ya se nos hace que todos los jóvenes derquinos están llenos de proyectos; si un solo adulto mayor atesora un recuerdo de otro tiempo también se nos figura que todos los abuelos y abuelas de la tierra añoran con nostalgia su niñez.

Acaso es un espejismo Derqui? ¿Algo que inventamos para no morir? ¿Una burbuja mágica donde levantamos nuestras casas de material pensando en jardines prolijos como el de doña Irma?¿Por qué los muchachos del Club Derqui hicieron la mejor cancha de bochas de todo el distrito? ¿Qué los motivó a resguardar aquella vieja práctica de nuestros mayores y sostener el sortilegio?

Si hasta se me hace que los pocos baldíos que quedan están llenos de misteriosos tesoros enterrados y ecos de goles que esperan ser gritados alguna vez.

Parece un espejismo pero no lo es. Es verdad todo lo que contamos, es verdad Cacho Díaz, la Tía Maringa, Valentina Fiore, los Viejitos Piolas, Mariana Barrionuevo, los alfajores Concord, el alemán Rodolfo, Tito Mengoni, el Tano Yoyi, Cristian Gustavo Ramallo, las Patronales, Paola Aguilera y la Escuela 22, es verdad Graciela Lema, el Club Messi y el arquerito derquino Bruno Nahuel Maturano. Es verdad que le pusieron de nombre Mercedes Sosa a la Escuela Secundaria 14 del Barrio Monterrey.

Es tan real y verdadero como lo fue el flaco Anguila, Juan Carlos Cortese, Hilda Velardez, Rogelio Benítez, Niampo y hasta Pichuca.

Derqui es real, existe en cada corazón que le da vida. En casa joven con pelos de colores y rap en las esquinas

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