Homenaje

Sandro cumpliría 80 años: cuando rodó su primer éxito cinematográfico en un palacio de Pilar

En el día en el que hubiera festejado sus ocho décadas, recordamos su paso por Manuel Alberti. En 1969 filmó escenas de "La vida continúa" en el magnífico Palacio Ivry perteneciente a la familia Duhau, una de las joyas arquitectónicas locales.

19 de agosto de 2025 - 14:27

Hace 80 años, el 19 de agosto de 1945 nacía uno de los mayores ídolos de nuestro país, Roberto Sánchez, el inolvidable Sandro, que a través de sus canciones dejó un legado imborrable en la cultura popular argentina.

Pero además de la música, Sandro también dejó una huella en el cine nacional de los años 60 y 70 y fue el 7mo. arte el que lo trajo a Pilar allá por 1969, durante la filmación de "La vida continúa", el primer éxito cinematográfico de "El Gitano", donde estuvo acompañado por la actriz Coni Vera.

El rodaje se llevó a cabo en una de las joyas arquitectónicas del distrito, el Palacio Ivry ubicado en Manuel Alberti, un tesoro poco conocido que todavía sigue en pie. En varias de las escenas puede verse a un Sandro principesco interpretando la canción “Para Elisa” frente a su partenaire, también enfundada en un imponente vestido de gala, rodeados de los espectaculares jardines y lagos artificiales de la residencia.

El film narra la historia de un joven pianista, cansado de trabajar en una editora musical, dedicado a cantar, siempre soñando con ser un gran concertista. Así conoce a una mujer, algo mayor que él quien lo ayuda a estudiar y lo patrocina, pero enamorándose perdidamente del muchacho. Luego de varios conciertos en los que no tiene éxito, él decide volver a su antigua novia y al canto, mientras que la mujer que lo ayudó comprende que lo debe dejar en libertad.

La película fue dirigida por Emilio Vieyra y se estrenó el 4 de septiembre de 1969. A lo largo del film, Sandro interpretó varios de sus aclamados temas, a saber: “La vida continúa” (que le dio nombre a la cinta), “Elisa”, “Rosa, Rosa”, “Fácil de olvidar”, “Dame”, “Por eso bebo”, “Guitarras al viento”, “Al abrir la puerta” y “Cuando existe tanto amor”.

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La historia del Palacio

Cuando la medicina se lo permitía, el doctor Alberto Duhau, descendiente de franceses y miembro de una de las familias aristocráticas más reconocidas de la sociedad porteña, viajaba los 40 kilómetros que lo separaban de la Ciudad de Buenos Aires para adentrarse en su paraíso hecho a medida en Manuel Alberti.

La imponente residencia versallesca y sus espectaculares jardines funcionaban como un refugio para el galeno y para sus dos hermanas, María y Faustina, dueños de la propiedad que al día de hoy es una de las piezas arquitectónicas más valiosas del país.

Conocida como palacio, hotel o chateau Ivry, la construcción que data de 1936 sigue en pie en la localidad, como un tesoro escondido que sobrevive oculto y anacrónico entre los barrios cerrados que fueron creciendo a su alrededor.

Exponente de una Belle Epoque tardía en Buenos Aires, el imponente edificio construido sobre un predio de 27 hectáreas está rodeado por tres parques bien diferenciados de estilos: francés, inglés y provenzal, con lagos artificiales, fuentes y esculturas de personajes mitológicos.

De arquitectura academicista francesa, que tuvo su auge en el siglo XIX, cada uno de los numerosos ambientes de la entonces residencia de campo están decorados con muebles traídos directamente de Italia y de Francia, de estilo imperial.

La obra lleva la firma del arquitecto francés León Dourge, formado en París y que pasó la mayor parte de su vida en la Argentina, donde cultivó un estilo que partió del mencionado academicismo francés hasta recibir las influencias del racionalismo de Le Corbusier.

La historia cuenta que eran los jardines de la residencia de campo la verdadera pasión del Dr. Duhau y era allí donde encontraba refugio e inspiración. Tanto que nunca dejó de hacerles reformas, en especial al de estilo francés, su favorito.

Además de dedicarse a la sanidad, Alberto fue ganadero, aficionado a la decoración y filántropo. A lo largo de su vida colaboró de forma frecuente con la Casa de Auxilio de José C. Paz, que luego se convirtió en el hospital que hoy lleva su nombre.

Palacio Ivry..
El espectacular Palacio Ivry de Manuel Alberti, perteneciente a la familia Duhau.

El espectacular Palacio Ivry de Manuel Alberti, perteneciente a la familia Duhau.

Nobleza

Como tantas otras propiedades de la época, el palacio de Manuel Alberti tiene nombre propio. Su origen reside en el noble Charles Lamaise que recibió por parte del rey Enrique IV de Francia el título de marqués de Foullerac por su desempeño en la batalla de Ivry. Una de sus descendientes, Candelaria de Foullerac, fue la abuela materna de los Duhau.

Los tres propietarios de la residencia Ivry fueron hermanos, a su vez, de Luis Duhau, quien fuera ministro de Agricultura durante la presidencia de Agustín P. Justo. Se estima que el funcionario solo visitó la casa de campo en menos de una decena de oportunidades.

Al igual que buena parte de las familias patricias de la Argentina de principios de siglo XX, los Duhau fueron dueños de una importante cantidad de propiedades de los barrios más selectos de la ciudad de Buenos Aires, entre ellas, el edificio de departamentos en Parera y Av. Quintana y el palacio Duhau ubicado sobre la avenida Alvear, una réplica de Château du Marais, donde actualmente funciona el hotel Hyatt.

Actualidad

Por más de seis décadas, el palacio Ivry perteneció al patrimonio de la aristocrática familia porteña. Alberto sobrevivió a sus hermanas algunos años y a su muerte, al no contar con herederos dado que los tres permanecieron solteros, la propiedad pasó a manos de una sobrina.

Hija de Luis, Juana Margarita Duhau Ham contrajo matrimonio con Manuel Uribelarrea Peña y fueron sus hijos Santos y Mercedes quienes en el año 2000 cedieron el inmueble a un fideicomiso integrado por el Banco Comafi y por una sociedad de la familia y la desarrolladora Urbana 21.

Por algún tiempo, el palacio estuvo abierto al público que podía recorrer y apreciar la belleza de sus parques y aquello que conserva en su interior, del otro lado del gran portón de rejas con detalles en dorados y del muro de cemento que lo rodea.

Sin embargo, desde hace años permanece cerrado a las visitas externas y poco se sabe del destino que se le dio en la actualidad.

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