La exposición de Carrie Bencardino en el Malba despertó una polémica en los últimos días, luego de que una de las obras fuese cuestionada a partir de una observación de Ciruelo Cabral, artista plástico de larga trayectoria.
El artista plástico Ciruelo Cabral notó el parecido de una de las obras de Carrie Bencardino con otra de su autoría. “La cita explícita es un gesto consciente", dijo Carrie, que recibió el apoyo del museo.
La exposición de Carrie Bencardino en el Malba despertó una polémica en los últimos días, luego de que una de las obras fuese cuestionada a partir de una observación de Ciruelo Cabral, artista plástico de larga trayectoria.
En las últimas horas, por su parte, desde el Museo se difundió un posteo en defensa de Bencardino desestimando las acusaciones de presunto plagio.
“Visitando el MALBA me encontré con una pintura expuesta que me resultó muy parecida a una pintura mía de 2005 llamada Dragon Caller”, expresó en sus redes Ciruelo días atrás.
La pintura forma parte de la muestra “El desentierro del diablo”, vigente desde el pasado 11 de julio en la Sala 1 Nivel -1. Allí permanecerá hasta el 13 de octubre, con curaduría de Carlos Gutiérrez.
En efecto, ambas obras son muy similares, aunque Carrie expresó a La Nación que “la mitad de mi obra es sobre apropiación de imágenes que pertenecen a imaginarios visuales de las comunidades de las que formo parte, es un modo homenaje, una influencia explícita”.
Y agregó que “la cita explícita es un gesto consciente. Esto no es algo que hago a escondidas, sino que lo enuncio de manera explícita”, añadiendo: “En ningún momento fue algo a escondidas. Lo hago en el Malba. Cada vez que doy una visita guiada hablo sobre Ciruelo y sobre que esa obra surgió de una de Ciruelo y está mencionado en el catálogo”.
El posteo original de Ciruelo provocó además fuertes discusiones en las redes, insultos incluidos, aunque el propio artista -también en La Nación- bajó el tono: “Muchos de mis fans reaccionaron exasperados, no quiero perjudicar a Carrie”. A su vez, dijo que su intención con el posteo “fue informar, no levantar polvareda”, aunque también señaló que en el Malba “no vi ningún crédito ni referencia a mi obra. Ella dice que es fan mía desde la juventud, pero no me pidió disculpas. Yo lo dejaría ahí”.
En las últimas horas, desde el Malba se difundió un texto que busca dar una explicación a lo sucedido.
“Es una práctica corriente en el arte contemporáneo que los artistas tomen otras obras, las transformen y reinterpreten para producir creaciones nuevas, que a su vez sirven de inspiración a otros artistas”, comienza.
El posteo continúa: “El trabajo de Carrie Bencardino se alimenta de imágenes encontradas en libros, revistas, tapas de discos, videoclips, internet y su archivo personal de objetos y otros materiales que circulan en la cultura de masas y sus plataformas”.
Por esto, “sus referencias provienen de un imaginario afectivo muy particular: las estéticas de las comunidades queer y las adolescencias de su generación, los códigos visuales de las escenas contraculturales (como el punk, y los distintos subgéneros del metal), el comic y la ilustración, y el imaginario fantástico literario (especialmente, de William Blake y J.R.R. Tolkien), entre muchas otras referencias. Procesa y distorsiona estas imágenes digitalmente, y a partir de esas nuevas imágenes elabora sus pinturas”.
En el Malba indicaron sobre Carrie que “en su pintura, la apropiación no es un fin en sí mismo, sino un medio para interrogar la memoria cultural, las iconografías compartidas y la relación afectiva que establecemos con las imágenes”.
Y asegura coincidiendo con lx pilarense que “durante los recorridos guiados y las distintas entrevistas que brinda con motivo de su exposición, Bencardino y el equipo educativo de Malba mencionan estos procedimientos artísticos y las referencias explícitas a artistas como Ciruelo, Victoria Francés, Luis Royo, Boris Vallejo y Magalí Villeneuve, entre otros. Asimismo, en el catálogo que acompaña la exposición, la historiadora Ana Longoni hace referencia a la influencia de los artistas del fantasy en los dragones que pinta”.
Por último, rechazó las discusiones violentas en torno a lo sucedido: “Los museos son espacios de debate y reflexión, abiertos a la discusión y la pluralidad de ideas. El intercambio, el desacuerdo y la discrepancia siempre son bienvenidos dentro de un marco de respeto y empatía. Desde Malba, repudiamos cualquier forma de acoso o violencia derivada de esos debates”.