Momento de reencuentro y esperanza para la comunidad católica, este Viernes Santo marcó el regreso de las actividades en toda su plenitud, luego de dos años signados por la pandemia.
Momento de reencuentro y esperanza para la comunidad católica, este Viernes Santo marcó el regreso de las actividades en toda su plenitud, luego de dos años signados por la pandemia.
En este marco, el centro de Pilar tuvo su Vía Crucis viviente, una vez más a cargo de los jóvenes que integran La Posada de la Vida, establecimiento para la rehabilitación de adicciones.
La salida fue desde la calle 11 de Septiembre y Juan B. Alberdi, donde se ubican la plazoleta Basabe y la vieja estación del FF.CC. Urquiza, para terminar el recorrido en la plaza 12 de Octubre.
La preparación de la actividad comenzó hace dos meses, en un trabajo que también incluye a la carrera de Escenografía de la Universidad del Salvador, en el aporte de la vestimenta y el apoyo del Municipio de Pilar.