Acompañé a mi madre a realizar un reclamo en la oficina de PAMI de Pilar y éste señor, además de demostrarse burlón, faltándonos el respeto a nosotras y a la fuerza que representa, salió a anotar el número de patente del vehículo al que subimos. Con esa actitud autoritaria e intimidatoria, los pacientes de la tercera edad, además de padecer problemas de salud, no tienen derecho a reclamar la mala atención de este servicio. María Laura.