Correo de lectores

20 de enero de 2016 - 00:00

Queja y respuesta (foto)

 
Sr. Director:  
Muchísimas gracias a ustedes. A tres días de la nota en El Diario, están podando los árboles. Les agradezco una vez más por su intervención ya que así pudo llegar mi reclamo y la Municipalidad tuvo una rápida respuesta. El delegado se acercó ese mismo viernes a avisarme que entre el sábado y el lunes ya lo podaban. Se preocupó desde un principio. Gracias al Sr. Alfredo y al Sr. Carlos (el podador) y el director el Sr. Ramón Ojeda por el rápido trabajo y a su gente. Mi casa y mi familia ya no corren riesgo.
 
Florencia Bueri.

Plan PROFE, sin medicamentos

Sr. Director: 
Por personas conocidas que dependen de la obra social PROFE, me he enterado que las prestaciones están suspendidas, debido a que el gobierno no ha llegado a un acuerdo con la misma. La verdad que es una situación que juega con la salud y la vida de las personas, principalmente discapacitadas, que en la mayoría de los casos no tienen posibilidades para conseguir los medicamentos. 
Esta obra social nunca funcionó como debe, pero que se corten las prestaciones hasta que lleguen a ponerse de acuerdo, es inhumano, atenta contra la vida y contra la familia, atenta contra la Constitución y contra los Derechos Humanos y atenta y discrimina a las personas discapacitadas.
¿Cuándo va a ser el día en que en esta bendita Argentina se proteja a los que más necesitan? Susana, la esposa de una persona que es insulinodependiente, fue a buscar la medicación y qué le dijeron: “hay que esperar que se vuelva a firmar el convenio”. ¿Cómo hace su marido, que debe inyectarse dos veces por día y que ya perdió una pierna, para esperar que a las autoridades se les cante ponerse de acuerdo?
Quizá esto no le importe a mucha gente, pero quizá alguien que tenga influencias lo lea y pueda hacer algo por el marido de Susana y más arriba aún, por y para que las personas discapacitadas puedan tener algo tan básico como es el cuidado de su salud y por consiguiente el cuidado y respeto por su vida.
Nadie pide enfermarse, nadie pide ser discapacitado, a nadie le gusta estar dependiendo de los demás, si tenemos una sociedad que admite esto, que admite esta denigrante situación estamos ante una sociedad sorda, ciega y muda. Tengo mucha bronca y vergüenza ajena. ¿Dónde están las autoridades que deben dar soluciones y respuestas?

Alicia Beatriz Pérez ([email protected])
 

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