1-¿Se lee más en verano?
-Todo lo que tenga que ver con estadísticas de lectura es bastante difícil de comprobar, no hay estudios muy serios. Pero da la sensación que hay mucha gente, que no es lectora habitual durante el año, que en el verano tiene más tiempo libre y aprovecha para hacer esas lecturas que no tuvo tiempo durante el año. Se suman esos lectores.
2-Da la sensación de que es más liviana la lectura en verano…
-Ahí muchas veces los escritores disentimos pero desde nuestro punto de vista. A mí me pasa que en el verano, que tengo más tiempo libre, a veces prefiero leer algo que se me complicó leer durante el año porque necesitaba mucha concentración o más tiempo de dedicación. Pero estamos hablando de distintos tipos de lectores. Hay un tipo de lector que necesita evadirse, pasarla bien, pasar un buen momento y prefiere esas lecturas.
3-Es gracioso que ese tipo de novelas de verano son muy grandes
-Si, el libro que más se ve son los de “Las sombras de Grey” que son gigantes y el verano pasado estaban los de Stieg Larsson que también son gigantes. Hay una cosa de comprar un libro que me dure bastante tiempo.
4-Existe la idea del escritor bohemio que se recluye en algún lugar para escribir. ¿Dónde escribís vos?
-En mi caso la tecnología me ha permitido escribir en cualquier lugar. Y un entrenamiento que, aunque no me gustan las cuestiones de género, tiene que ver con que las mujeres tenemos demasiadas cosas que atender. Por ejemplo, los escritores que dicen “me encierro en el altillo”, no tienen tres hijos que llevar al colegio a la mañana siguiente. Hay una cuestión de robarle tiempo a otras cosas y la computadora que te la podés llevar a cualquier parte a mi me ayuda muchísimo.
5-¿Sos muy exigente con lo que escribís?
-Yo corrijo infinidad de veces, voy avanzando en los capítulos y vuelvo al primero permanentemente. Eso tiene que ver con una obsesión por el tono, si volvés siempre al principio le vas sosteniendo mejor el tono a la novela. A veces si cortás unos días y volvés a escribir, volvés con otro sonido. Para mí es muy importante que suene toda igual. Que no tiene que ver con la historia sino con el ritmo. Después de escribirla también la releo y tengo escritores con los que nos intercambiamos el material, nos juntamos cada 15 días a leernos lo que estamos escribiendo y luego eso implica una nueva corrección. Eso ayuda bastante para lo que es la soledad del escritor.
Además tengo cuatro o cinco amigos que ya es una cábala: nunca voy a entregar una novela sin que la hayan leído antes.
6-¿Son impiadosos con las críticas?
-Son amorosos pero estrictos. Te lo van a decir con suavidad pero te lo van a decir.
7-Hay que bancarse eso…
-Hay que bancárselo, eso también es un entrenamiento. Lo veo mucho con la gente a la que le doy clases, al principio cuesta mucho recibir la crítica del otro, se siente casi personal, es difícil separarse de eso. Lo que vos ves es que el otro siempre trata de defender lo que escribió. La literatura es libre pero una vez que empezás a escribir, vos te ponés los límites, hacés un pacto con el lector: “yo te voy a contar esto” y si te vas de ese pacto, lo estás engañando.
8-¿Cómo ves esto de los artistas hablando de política y también de esta situación de intolerancia de todos lados?
-A mí me afecta, yo siempre he tenido bastante intervención política pero no en cuanto a hablar mal o bien de un político sino a meterme en temas como el juicio por Marita Verón, el matrimonio igualitario. La verdad que en el último tiempo opino un poco menos porque todo es tergiversado, llevado a una cosa blanca o negra, hay que tener un cuidado tremendo de lo que digas. Tengo mucha participación en las redes sociales y a veces ponés un comentario porque estás o no de acuerdo con una medida particular del Gobierno y te pegan de una manera descarada de un lado o del otro. No me gusta todo esto que está pasando. Pero son procesos, se tiene que ir suavizando. Después del 2001 venimos de una situación donde nadie quería saber nada con la política ni con participación, después vino esta explosión y supongo que se irá moderando, pero para eso tenemos que hacer un esfuerzo todos.
9-Has tenido una actitud que es difícil tenerla en los medios y que a veces es incomprensible para el que lo mira de afuera porque parece que estás con los medios hegemónicos o con el Gobierno.
-Yo he escrito para Télam, para Clarín, para La Nación, Página/12, si me piden una nota para Tiempo Argentino la hago y si me piden para Infobae también. Lo que no voy a hacer es escribir para estos medios de una forma que yo no piense o que sea acomodaticia para la línea editorial del medio. Hace años cuando nadie había hablado en La Nación a favor del matrimonio igualitario escribí algo y me lo publicaron. Es mucho más interesante que yo pueda publicar esa mirada en un diario donde habitualmente no está. Podés generar una reflexión desde un punto de vista que no es el que tienen. Yo creo que uno puede publicar en el diario que sea siempre y cuando eso no te modifique lo que vos pensás.
10- ¿En qué andás?
-Ya terminé la próxima novela que se va a llamar “Un comunista en calzoncillos”. Es una novela distinta porque todas mis novelas aunque yo no las pienso desde lo policial siempre hay algún muerto y siempre terminan encuadrándola dentro del policial. Tiene algo más evocativo y más personal, es una relación padre e hija. El comunista en calzoncillos es una figura ficcional pero que tiene que ver con mi padre.
La Yapa
-¿Cuál es tu relación con Pilar?
-Hace casi 17 años que vivo. El pueblo lo he usado mucho más porque casi todo lo que necesitaba estaba ahí. Cuando me mudé, no había lugares para hacer compras más cerca de donde vivía. Pero hoy sigo yendo, los libros para mis hijos los sigo comprando en Pilar, son vendedores que saben de libros de colegios, porque vas a las librerías de los shoppings y no saben mucho de lo que les estás hablando porque su negocio es otro. Hay muchos rubros donde la atención personalizada me gusta más.