El karma del final Celeste

Sportivo sufrió el viernes su tercera derrota de la temporada frente a Escobar, con idéntica definición. Llegó arriba a los últimos segundos, desperdició la oportunidad de liquidarlo y lo pagó con derrota agónica.

15 de agosto de 2010 - 00:00

 

Runke, Cedro, Lombardi, Scheffer (atrás) y compañía, en pleno festejo de Escobar, tras ganar en Pilar.

 

 

El sueño del tricampeonato de Sportivo en la Asociación Zárate-Campana se chocó contra su propio karma y quedó más difícil que nunca en la temporada.

Después de levantar series con desventaja de localía sobre Náutico Zárate y Atlético Pilar, el Rojo se tenía que medir con Sportivo Escobar, su sombra Celeste de los últimos años.

Y como si fuera una historia repetida o una mala telenovela, tuvo el mismo final de siempre. Los de Belén se robaron el primer punto de la serie sobre la chicharra y regresando después de estar sentenciados.

Como ya había sucedido en los dos enfrentamientos de la fase regular, de increíbles resoluciones, todas a favor de los pupilos de Gabriel Marcato. Vayamos por parte.

 

Déjà vu I

En la primera fecha de la Zona Sur, los dos candidatos a luchar por el título se encontraban en La Caldera. Fue un desarrollo mucho menos atractivo que el de la final, pero igual de parejo y cerrado.

Con dos equipos todavía sin rodaje, los errores superaban a los aciertos. Dentro de ese partido, el Rojo había tomado 10 unidades de ventaja en el tercer cuarto. Y llegó al cierre todavía arriba.

Sin embargo, dos pelotas perdidas y las típicas corridas del Celeste, achicaban la brecha a 60-58. La última pelota, otra vez, era para Escobar.

La ofensiva encontró a Fernando Bruckner abierto de tres puntos. Amagó, hizo pasar de largo a un defensor, y consiguió el triple agónico que inició el karma 2010.

 

Déjà vu II

En la revancha de la Zona Sur, en Escobar, Sportivo perdió un partido que tenía en el bolsillo de manera increíble y allí dejó gran parte de sus posibilidades de luchar por el número 1.

El Rojo, en otro encuentro que tuvo enormes altibajos en su rendimiento, levantó en el sprint final de los 40 reglamentarios y la lógica indicaba que tenía asegurada la victoria sobre Escobar.

Pero los de la Avenida dilapidaron una chance de no creer. Al frente 71-69 y con 6 segundos en el reloj, acorralaron a Damián Lombardi forzándolo a perder el balón.

Restaban apenas 3 segundos ahora y la pelota la reponía Sportivo. No había chances de resurrección para Escobar. Pero con el Celeste siempre aparece un pero. Ahora, en la reposición, Maximiliano Lamarque recibió contra el lateral y empujado por la defensa, pisó afuera de la cancha. Los árbitros cobraron la pérdida de la posesión y el escolta pilarense pidió la falta.

La dupla, tomando un rol protagónico innecesario, cobró falta técnica y envió a Escobar a la línea con dos libres para empatar el partido. Damián Lombardi, la gran figura de la noche, metió los dos y hubo prórroga.

En el tiempo suplementario, el Celeste se mostró más sólido, seguro de su juego y sentenciaron un 87-81 doloroso para los de la Avenida.

 

Déjà vu III

Somos muchos los que no creemos en las brujas, pero es indudable también que las hay. Y en La Caldera sobrevuelan en cada noche de duelo mano a mano con Escobar.

Este viernes, en el partido 1 de la final, hubo un partido de alto vuelo y voltaje. Otra emotiva definición que se encarrilaba a una victoria de Sportivo. ¿Y qué sucedió? Otra increíble derrota consumada en los últimos segundos.

El Rojo terminaba de hacer una excelente defensa y con 9 segundos reponía de costado. La pelota fue hacia Román Rodríguez y Escobar, sin opciones, fue a cortar con infracción.

Memo, gran figura en los playoffs contra Náutico y Atlético, no pudo acertar ninguno de los dos. El rebote le quedó a Damián Lombardi, que en su corrida frenética, recibió una muy dudosa falta.

El pequeño gigante convirtió los dos y otra vez el festejo fue albiceleste. De no creer.

 

 

El saldo

 

+

Gutiérrez
El escolta surgido de las inferiores de Sportivo dio otro examen positivo para afianzarse como figura del equipo. Sin tanto protagonismo a lo largo de los 40 minutos, apareció con una ráfaga tremenda (8 puntos consecutivos, con 2 triples) en el momento más complicado de la noche para el Rojo. Allí resurgió el equipo y a punto estuvo de ganarlo. Guti está atravesando un momento espectacular.

 

 

-
Runke
El pivote fue el arma desequilibrante de Escobar, con 23 unidades. El dominio en la pintura, la presencia defensiva y los rebotes, lo convirtieron en el hombre de la noche. Más allá que Damián Lombardi sea el verdugo de la última bola. La pelea en los tableros fue uno de los déficits del Rojo a corregir para la revancha.

 

 

=
Entrega
Desde que arrancaron los playoffs, Sportivo demostró otro carácter y compromiso para afrontar el certamen. Y eso no varió en el juego con Escobar. Es más, fue una de sus mejores producciones del 2010. Con gran fervor y sacrificio del minuto 1 al 40.

 

 

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