Pura alegría. Los Affonso, junto a Zakumi, la máscota del mundial
La bandera de la discordia. La policía se las hizo retirar.
Provocadora, la bandera celeste y blanca con las Islas Malvinas alcanzó a flamear unos segundos en el estadio Ellis Park de Johanesburgo, antes de que la policía implacable de Sudáfrica se encargara de retirarla. Los responsables de la picardía: los Affonso, una familia pilarense que llegó al país del Mundial a principios de junio y que promete quedarse tanto como lo haga la Selección Argentina.
“Se respira mundial en todos lados”, afirmó Joaquín Affonso desde un bar céntrico de Johanesburgo, desviando su atención por unos minutos del partido entre Inglaterra y Eslovenia para atender a El Diario. Para el joven de 25 años, oriundo de La Lonja, que llegó al continente africano a principios de junio junto a su papá Roberto, a su hermano Enzo y su tío Daniel: “Sudáfrica es una verdadera fiesta”.
Horas después del último triunfo de la selección frente a Grecia, el pilarense –que además oficia como “corresponsal” de amigos y familiares a través del Facebook- comentó que “lo vimos muy bien al partido, estábamos bien ubicados, al principio estábamos tranquilos porque sabíamos que Argentina prácticamente estaba clasificada, pero con el 0-0 nos fuimos impacientando”.
Con la emoción todavía reciente de ver en la cancha al equipo de Maradona, el joven, fanático de River, destacó que “es increíble lo que se vive ahí adentro, cuando la toca Messi se para el estadio porque va a hacer alguna genialidad y se te pone la piel de gallina”.
Los Affonso fueron testigos privilegiados de cada uno de los encuentros que disputó el seleccionado nacional. “En el primero teníamos muchos nervios, pero después del primer gol se nos pasó rapidísimo”, aseguró Joaquín y puesto a realizar un análisis del conjunto, aunque destacó el buen trabajo de los delanteros, aseguró que “todavía tiene algunas fallas defensivas”. Y aportó un dato para nada menor: “en los partidos de noche con el rocío la pelota pica muy rápido, no se si en la tele se nota eso pero acá directamente no la ves”.
Mundial y algo más
Fanáticos de River, los Affonso llegaron a África a principios de junio para esperar la llegada del Mundial en las playas paradisíacas de Mozambique. Luego arribaron a Johanesburgo, donde rentaron habitaciones en una casa de familia. Una suerte de hostel ocasional ideado por los hogares sudafricanos par sacarle provecho al Mundial.
Fuera de lo estrictamente futbolístico, Joaquín definió su estadía en el mundial como “una experiencia increíble”. “Hay una confraternidad con todos los argentinos –agregó- nosotros nos hicimos amigos de un grupo de chicos de la juventud cervecera de Quilmes y estamos todo el tiempo juntos”.
En relación a la convivencia con los hinchas del resto del mundo, reconoció que “con los de otros países hay algunas picas lógicas pero todo está bien”. Y destacó que “todo está muy organizado”, aunque dejó entrever cierta molestia con el inconveniente con las banderas.
“La policía te pone trabas”, afirmó, y recordó el episodio que vivió cuando los obligaron a sacar (y les retuvieron por unos días) la extensa bandera celeste y blanca con la leyenda La Lonja-Pilar y la imagen de las Islas Malvinas.
Los días en Sudáfrica están siendo utilizados por la familia Affonso para conocer lugares emblemáticos: “aprovechamos para hacer turismo, recorrer lugares, ayer fuimos a un museo en Polokwane y también hicimos turismo en Pretoria”.
En esta última ciudad intentaron ver un entrenamiento de la selección, algo que no fue posible debido a las estrictas medidas de seguridad.
El próximo domingo tendrán una nueva cita con el conjunto albiceleste y aunque sus pasajes indican que deben regresar el 6 de julio, sueñan con verse obligados a cambiarlos para después del 11.
Vuvuzelas: mitos y verdades
Las molestas cornetas con nombre simpático son a esta altura la vedette indiscutida del mundial 2010. Desde el arranque del campeonato del mundo, las vuvuzelas estuvieron presentes en cientos de crónicas escritas sobre los partidos, tal fue su protagonismo que hasta se barajó la posibilidad de prohibirlas.
Tema ineludible para un testigo directo del mundial, las vuvuzelas son “insoportables”, para Joaquín Affonso. “En un partido visto por la tele molestan –agregó- pero en persona mucho más, llega un momento que le tenés que decir al de al lado: ‘flaco todo bien, pero pará porque me vas a romper la cabeza‘”.
“A mi me gusta escuchar lo que dicen los jugadores en la cancha –continuó, sin esconder su disgusto- pero con las vuvuzelas no sólo no se escucha eso sino tampoco los cantos de la hinchada, son insoportables”.