La paternidad roja

Sportivo ratificó la supremacía en el clásico con otra contundente actuación. Es el 6º triunfo al hilo desde mayo de 2008. La jerarquía de los de la Avenida frenó el muy buen arranque del Rancho.

9 de mayo de 2010 - 00:00

Mauro Sicardi, una de las tantas variantes del Rojo que hizo buen juego.

 

 

 

El clásico de la ciudad volvió a ser atracción para más de 400 personas que colmaron el gimnasio de la calle Ituzaingó para ver otra demostración de superioridad de Sportivo sobre Atlético.

En las posiciones y los números de 2010, el Rancho tenía todo a favor. Único invicto, con 4 victorias claras y una nueva fisonomía de equipo que Rubén Montani estaba diseñando con éxito.

El Rojo, con nuevo entrenador y un plantel que venía de ser bicampeón, llegaba herido por su magro récord 3-2 y por una pálida victoria en casa ante Derqui (63-55).

Sin embargo, repasando las individualidades, era claro que Sportivo contaba con un potencial enorme y era cuestión de explotar para que nadie se le pueda poner enfrente. Más con la llegada de Román Rodríguez, la 9ª ficha mayor. Tras 9 años, Memo venía a ser una nueva joya de la cantera que regresaba a su hogar. Como lo hizo Maximiliano Lamarque en 2008 y Christian Arias en 2009.

Y el Rojo explotó nomás en los mejores 20 minutos del año. El 1º tiempo fue un concierto casi unipersonal.

Con concentración defensiva y salidas rápidas de contra, Sportivo tomó las primeras ventajas, aunque Germán Género batallando en la pintura, pretendía minimizar la tendencia.

Para frenar la estampida, Atlético intentó una defensa zonal, pero fue peor. Con paciencia y dinámica, Sportivo encontró siempre un jugador libre para tomar buenos lanzamientos. Y lo trituró.

Maximiliano Gutiérrez convirtió 3 triples entre el cierre del 1º cuarto y el inicio del 2º. Maxi Lamarque aportó 2 más y sobre la chicharra del entretiempo, Rodríguez hizo su reaparición con el séptimo bombazo rojo.

Sportivo le ponía el moño a un 1º tiempo soñado. El 49-25 era sólo una estadística de la supremacía que había expuesto.

Después, en el complemento, volvió el Rojo de los partidos anteriores. Casi inexpresivo, le permitió al Rancho meterse en el juego.

Con Nicolás Medina, Género y Matías Pérez Bazán, Atlético llegó a achicar la brecha a 11 en el 3º cuarto.

Pero esta vez, la defensa roja no tuvo fisuras y eso lo sostuvo sólido. Y cuando reapareció en cuenta gotas alguna inspiración liquidó cualquier esperanza del Rancho.

El Rojo se regaló una gran alegría para seguir gozando de la paternidad en la ciudad. También mostró que puede ser implacable o un equipo terrenal.

 

 

Las claves del partido

 

Los triples

La mano a distancia de Sportivo fue una de las llaves principales que le dieron el triunfo. Maxi Gutiérrez aplicó 3 en el primer tiempo, donde el Rojo convirtió 7 de los 11 bombazos de la noche. Román Rodríguez (3, uno para cerrar la primera mitad), Maxi Lamarque (2), Christian Arias (2) y Santiago Sicardi fueron los que castigaron de lejos.

 

Demasiadas armas

La mayor cantidad de jugadores de experiencia y calidad a favor de Sportivo hizo que el clásico pierda equilibrio. Mientras el Rojo se dio el lujo de dejar en el banco a Arias y Memo Rodríguez, para luego darles minutos y protagonismo. También tenía a Mauro Sicardi y Nicolás Lamarque para un total de 9 fichas con roce en Primera. Atlético, se sostenía en Género, Medina y Matías Pérez, pero el recambio a disposición de Montani está muy lejos aún de hacerle frente a semejante potencial de la Avenida.

 

Germán Género

Dentro de un juego manejado siempre por Sportivo, Germán Género fue el estandarte y la llave de esperanza de Atlético. En su rubro, el pivote de Campana, fue el dominante. Terminó como goleador del juego con 18 puntos, pero también fue líder en rebotes ofensivos y en presencia en la zona pintada. Su temperamento nunca permitió que el Rancho baje los brazos y luche hasta el final.

 

Actitud clásica

Más allá de cuestiones tácticas y estratégicas, en Sportivo se notó un cambio radical en su actitud para afrontar este compromiso comparado con sus anteriores juegos en la liga zarateña. Enfrentar a Atlético lo motiva más que nada y eso se vio reflejado en el primer tiempo, donde arrasó a su rival. Después, con la ventaja consolidada, volvió a bajar la guardia y a mostrar su lado flaco. Pero tenía el juego resuelto.

 

 

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