La discusión acerca de cómo deberá ser en adelante el tendido de cables por parte de las empresas de servicios tendrá nuevos capítulos.
Cuando todo hacía prever que el oficialismo conseguiría ayer la mayoría para aprobar la ordenanza tras los cambios del fin de semana, finalmente volvió a quedar en comisión, donde probablemente sea objeto de nuevos retoques.
El pedido de vuelta a comisión fue formulado en medio de la sesión por el oficialista Diego Ranieli, presidente de la comisión de Legislación. Aunque no es el autor de la ordenanza, tras la aparición de las duras resistencias del comercio, el edil de Cambiemos se cargó al hombro la negociación para aprobarla. Por ahora, sin embargo, las barreras siguen intactas.
Ayer, tras la sesión, Ranieli dialogó con el programa Código Plaza (92.1). Buscó aclarar que “la idea no es derogar la ordenanza sino establecer un sistema para las empresas de TIC (Tecnología de la Información y las Comunicaciones), y que el anterior siga vigente para el cableado eléctrico”.
En rigor, eso es lo que establece el proyecto tras los cambios del fin de semana, mientras que la ordenanza original asimilaba ambos aspectos.
“Esa ordenanza no fue beneficiosa para el tema de las TIC, queremos modificar el régimen estableciendo la obligatoriedad de soterramiento en los centros urbanos con una planificación y con distintos plazos”, sostuvo Ranieli.
El proyecto que llegó ayer al recinto establecía que todas las empresas, tanto las actuales como las que lleguen, podrán poner sus cables aéreos pero tendrán dos años para presentar un plan de soterramiento.
El cambio no convenció al comercio, que viene marcando una férrea oposición al cambio. Ayer, en un comunicado, la presidenta de Scipa, Edit Domínguez dio a conocer la opinión de la entidad: “Es una subestimación y una burla al empresariado este cuarto intermedio que dicen haberse tomado para emparchar una norma con el agregado que obliga a las empresas prestatarias a presentar dentro de los dos años de radicadas en la localidad un proyecto para el soterramiento”.
“Dos años de plazo para presentarlo y seguramente otro tanto más para llevarlo adelante, representa que en Pilar en algunas zonas de countries donde hoy se levante la mirada y se vea verde, en corto tiempo veremos una ‘selva de cables aéreos’ y ni que hablar en las zonas comerciales, ni imaginarse la Calle Caamaño, el kilómetro 50, Champagnat, entre otros emprendimientos”, opinó la dirigente del sector.
