“Voy con un solo objetivo: ganar”. Con esa frase se lanzó Matías Rossi a la 6ª fecha del Turismo Carretera, que se disputó este fin de semana en Río Cuarto. Y, hasta la rotura de su motor en la final, el delvisense venía cumpliendo.
A lo largo del fin de semana, Matías se mostró rápido como todo el año. Obtuvo su 4ª pole position provisoria, que ratificó por primera en la tanda del sábado. Luego ganó con comodidad su serie y en la final lideraba con una clara diferencia de rendimiento sobre el resto.
Todo hacía pensar que esta vez Matías no especularía para evitar las contraindicaciones del reglamento, altamente criticado a esta altura, como sucedió en Mendoza.
Aquella vez, en la 3ª fecha, comandaba la carrera hasta que perdió repentinamente la posición con Néstor Girolami y, por la naturaleza de la maniobra, se sospechó con que evitó la victoria para no cargar los 30 kilos de lastre. Si bien Matías no lo confirmó, era lógico.
Ahora la situación era diferente. Superada la mitad de la fase regular, Rossi entendió que era el momento indicado para ganar porque ya aparecía 2º en el torneo, a un paso de asegurarse la clasificación de la Copa de Oro. Y, en caso de sumar lastre, todavía tendría cierto margen para recuperar el rendimiento de su Chevy antes de las 5 fechas decisivas en caso de que los kilos afectaran su competitividad.
Planteado de esta manera, parecía que Rossi tenía todo minuciosamente planeado.
Pero el golpe de escena llegó justo en el momento de dar el salto definitivo hacia el título, frustrando una clara chance de lograr la victoria habilitante para hacerse de la corona y de la forma menos esperada, porque los motores de Fabio Martínez no le fallaron en todo el año. De hecho, el año pasado Rossi cambió 5 veces de motorista hasta encontrar la fórmula del éxito con la conjunción entre los impulsores de Martínez y la asistencia de Ricardo Gliemmo en el chasis.
“Hasta el problema venía con muy buen ritmo y cuidando el auto porque le hacía diferencia a De Benedictis. Ahora tendremos que ver qué fue lo que pasó y ya pensar en la carrera en Posadas”, contó el Misil, que pese al abandono sigue 2º en la fase regular y que ahora tendrá el desafío de sostener el alto rendimiento con un nuevo impulsor.