Carmen Zúccaro asumió como concejal en el 2009, pero nunca ejerció.
La primera dama María del Carmen Rodríguez de Zúccaro volverá a estirar hoy su licencia en el Concejo Deliberante, de la que goza desde el mismo inicio del periodo de sesiones ordinarias 2010.
El pedido de permiso para no cumplir las funciones de concejal para las que fue electa en el 2009, fue aprobado el martes en comisión y esta tarde tendrá el mismo destino en la sesión ordinaria prevista para las 19.
Así, la esposa del jefe comunal Humberto Zúccaro y secretaria de Educación, Cultura e Integración del Municipio, ganará otros tres meses como concejal en uso de licencia, aunque sin goce de su dieta, la misma condición que mantiene desde su alejamiento de la banca.
En su lugar, será ratificado nuevamente el dirigente del sindicato de camioneros y líder de la CGT local, Oscar Larramendi, quien asumió en abril del año pasado. Desde entonces, sin embargo, el sindicalista tiene sobre su banca la espada de Damocles del regreso de la titular, que aunque no tiene pensado en lo inmediato volver a su tarea legislativa, siempre tiene la posibilidad de hacerlo. Y más aún si el camionero no se mostrara del todo alineado con el intendente Humberto Zúccaro.
Carmen Zúccaro encabezó la lista de candidatos a concejales del oficialismo en las legislativas del año pasado. Desde el principio existieron dudas acerca de si asumiría finalmente su banca, una incertidumbre que la propia interesada no se preocupó por disipar.
De todos modos, la primera dama cumplió con su promesa de asumir: el 10 de diciembre del 2009 juró como concejal y participó de la primera sesión extraordinaria del Concejo Deliberante.
Pero apenas terminado el receso del verano, los rumores sobre su alejamiento volvieron a arreciar y, esa vez, se hicieron realidad.
Cuestiones de salud sumadas al estrés de la superposición de tareas entre el legislativo y su cargo como secretaria de Educación fueron el argumento para el pedido de licencia, que al parecer no tiene límite, aunque tampoco hay indicios de que vaya a terminar en un alejamiento definitivo de la banca mediante una renuncia indeclinable.