Un policía retirado que es testigo en un juicio por crímenes de lesa humanidad, fue golpeado y amenazado ayer al mediodía cuando tres delincuentes armados ingresaron a robar a su casa de Manzanares. Los malvivientes se llevaron el auto de la víctima, que fue abandonado tiempo después en Villa Morra.
De acuerdo a lo que voceros oficiales informaron a El Diario, el hecho ocurrió ayer, cerca de las 13, cuando desconocidos ingresaron a una propiedad en donde se encontraba un ex policía jubilado, a quien golpearon para llevarse su automóvil particular que, a las pocas horas, fue abandonado en Villa Morra.
Luego se supo que la víctima estaba bajo el programa de testigos protegidos y tenía un botón antipánico, que horas antes del asalto dejó de funcionar. Se trata de un exefectivo de la Policía de la provincia de Buenos Aires, de 62 años, que sería testigo en un juicio por crímenes de lesa humanidad.
Según revelaron las fuentes consultadas, al momento de la agresión el jubilado, que vive junto a su mujer, se encontraba solo en la casa. Los tres sujetos lo golpearon brutalmente y amenazaron de muerte, retirándose del domicilio llevándose dos televisores plasma, dos celulares, dinero en efectivo y documentación. Todavía no trascendió de cuánta plata se trata ni qué tipo de documentación sustrajeron.
Todos los elementos fueron cargados en el automóvil de la víctima, un Seat Córdoba gris, que cerca de las 16 fue abandonado en el barrio Villa Morra. Allí, en base a testimonios de testigos, los ladrones se habrían subido a otro automóvil negro.
Misterio
Ayer por la noche, un gran despliegue policial tuvo lugar en el lugar donde fue abandonado el vehículo, que fue hallado en la calle Juan B. Justo, entre Olavarría y Las Piedras. En medio de un fuerte hermetismo, actuaron efectivos de la Policía Federal a instancias del Juzgado Zárate - Campana.
Aunque continúa la investigación, no se descarta que no se haya tratado de un robo común y corriente, sino que el hecho esté vinculado con el rol de la víctima que ya en el año 2007 había declarado contra varios efectivos de la fuerza policial, en una causa por la desaparición de un militante de Montoneros en la década del 80.
Por otro lado, también se confirmó que el expolicía llevaba permanentemente consigo un botón antipánico, que dejó de funcionar cerca de las 11 de la mañana de ese mismo viernes.