Hoy se cumplen tres años del crimen de Fernando Novelli, dueño de una agencia de lotería que fue asesinado el 18 de junio de 2016 por un delincuente que había ingresado a robar a su local, ubicado en pleno centro de Pilar.
Hoy se cumplen tres años del crimen de Fernando Novelli, dueño de una agencia de lotería que fue asesinado el 18 de junio de 2016 por un delincuente que había ingresado a robar a su local, ubicado en pleno centro de Pilar.
Por lo pronto, el único detenido -Matías Álvarez- continúa esperando el juicio que lo defina o no como el culpable del crimen.
Si bien la causa ya fue elevada en 2017, las acciones se retrasaron y lo cierto es que no se sabe cuándo Álvarez será sentado frente a un tribunal. Si prospera el pedido de la fiscal María Inés Domínguez, podría ser condenado a perpetua por “homicidio criminis causa”.
El crimen de Novelli -de 36 años, comerciante muy conocido en Pilar- ocurrió el sábado 18 de junio de 2016, cerca de las 20, minutos antes de que cerrara las puertas de su local, ubicado sobre la calle Hipólito Yrigoyen, entre San Martín y 11 de Septiembre, a escasos metros de la plaza 12 de Octubre.
En ese momento, un delincuente ingresó y a punta de pistola lo obligó a darle la recaudación de la agencia de lotería. Cuando el ladrón escapaba con el botín, supuestamente en una moto manejada por un cómplice (algo que nunca quedó del todo claro), Novelli salió detrás con la intención de detenerlos.
De hecho logró alcanzarlos en la esquina de la por entonces galería Pilar Plaza: ese momento se abalanzó sobre quien lo había asaltado, ambos cayeron y el malviviente abrió fuego contra el comerciante, disparándole en el pecho y causando su muerte casi inmediata.
El hecho provocó una indignación social casi sin precedentes, por lo conocida que era la víctima y por el momento y lugar, ya que el crimen ocurrió en pleno centro y en vísperas del Día del Padre (se celebraba al día siguiente), cuando la gente aún poblaba las calles.
Días más tarde, al no existir novedades, amigos de la víctima organizaron una marcha en pedido de justicia. A la mañana siguiente a la protesta se detuvo al presunto asesino, de quien siempre se tuvieron dudas sobre su verdadera culpabilidad (por ejemplo, las ocho cámaras nunca pudieron determinar fehacientemente el rostro del responsable).
La familia de Álvarez siempre clamó por su inocencia. Desde la investigación, se afirma que existen elementos probatorios para demostrar su culpabilidad, como un arma calibre 38 hallada en su vivienda. Además, el supuesto cómplice nunca fue hallado.