GARCÍA BELSUNCE

A la Justicia, le queda un año

Es el tiempo que resta para buscar a los cómplices de Carrascosa o nuevos sospechosos del crimen y terminar de esclarecer el caso. Después, la causa prescribirá.

Por Redacción Pilar a Diario 27 de octubre de 2016 - 00:00
La Justicia tiene un año para esclarecer definitivamente el homicidio de María Marta García Belsunce, la socióloga que hace 14 años fue asesinada de seis balazos en la cabeza en su casa del country Carmel de Pilar, uno de los casos más resonantes de la historia criminal argentina que aún no tiene una resolución concluyente.
Dentro de 365 días, el 27 de octubre de 2017, se cumplirán 15 años del crimen y esa es la fecha en la que prescribirá la causa penal en caso de que no se confirme la condena a prisión perpetua para el viudo Carlos Carrascosa (71) y que la Justicia tenga que salir a buscar a nuevos sospechosos.
El Código Penal establece en el inciso 1º de su artículo 62 que la acción penal prescribirá "a los quince años, cuando se tratare de delitos cuya pena fuere la de reclusión o prisión perpetua”, como lo es en este caso, donde Carrascosa está condenado a esa pena en un fallo que aún no está firme y está apelado.
El pasado 29 de septiembre, el viudo tuvo ante el Tribunal de Casación Penal en La Plata, una audiencia oral frente a los jueces que tienen que definir en estos días si confirman o no su condena a prisión perpetua.
"No quiero morir sin antes saber quién mató a María Marta”, le dijo Carrascosa a los jueces Víctor Violini, Martín Ordoqui y Daniel Carral.
La prescripción a los 15 años no incluye la situación de Carrascosa, ni la de los tres condenados que hubo en otro juicio por encubrimiento agravado -los hermanos de la víctima Horacio García Belsunce (h) y John Hurtig y el vecino Sergio Binello-, ya que todos ellos sí fueron imputados, indagados, procesados, enjuiciados y condenados dentro de ese plazo.
Pero a la Justicia sí le queda un año para terminar de esclarecer el caso con una u otra hipótesis de trabajo: la de un homicidio agravado por el vínculo cometido por Carrascosa o la de un homicidio en ocasión de robo cometido por alguien aún no detenido, que avala el viudo y la familia.
Con Carrascosa asesino, aún se debe definir si actuó solo o con algún cómplice, ya que en mayo de 2011, los dos fiscales de Pilar que tienen aún la causa residual por el caso, Daniel Márquez y Leonardo Loiterstein, pidieron la detención de la media hermana de María Marta, Irene Hurtig.
Los fiscales de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 de Pilar consideraron que Hurtig actuó como coautora del asesinato junto a Carrascosa y su marido, ya fallecido, Guillermo Bártoli, siguiendo la línea del fiscal original del caso, Diego Molina Pico.
En su momento, el juez de Garantías Ricardo Costa rechazó la detención de Hurtig por falta de pruebas y los fiscales lograron que no pueda declarar en el juicio del encubrimiento a favor de sus familiares, pero luego tuvieron la facultad de llamarla a indagatoria no obstante en cinco años y medio no lo hicieron.
Si Casación decide absolver a Carrascosa, entonces los fiscales de la UFI 2 de Pilar tendrán un año para intentar encontrar a quien asesinó a María Marta.
En 2014, gracias a una apelación de su defensa, la Corte Suprema de Justicia de la Nación ordenó la revisión del fallo condenatorio que es analizado por Casación.
Al cumplir 70 años, y luego de pasar cinco en el penal de Campana, Carrascosa fue beneficiado en diciembre de 2014 con prisión domiciliaria y tras pagar una fianza de un millón de pesos desde febrero de 2015 está monitoreado con tobillera electrónica en un country de Escobar. 

ADN
En la causa existen tres perfiles de ADN de dos hombres y una mujer, hallados en pequeñas muestras de sangre recolectadas en la escena del crimen, que hacen inferir a los investigadores que María Marta llegó a defenderse del ataque y lastimó a sus asesinos.
Esos perfiles genéticos no pertenecen a la víctima, ni al viudo, ni a ninguno de los otros imputados, familiares, allegados y sospechosos que tuvo la causa y, a lo largo de estos 14 años, todavía no tienen nombre ni apellido.
También hay una huella palmar parcial con tres dedos que quedó marcada en la pared del primer descanso de la escalera que sube a la planta alta del chalet donde fue asesinada la socióloga, a la que nunca pudieron darle identidad.
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