Ahora sí, salieron todos. Ni el frío, ni la lluvia desanimaron a los más de 3.000 pilarenses que colmaron la plaza 12 de Octubre para celebrar el triunfo de la Selección Argentina frente a Bélgica y el pase a semifinales de un mundial. Fue la convocatoria más grande y efusiva desde que se inició el Mundial, superando ampliamente la cantidad de gente que se acercó al centro de la ciudad tras la victoria sobre Suiza.
No era para menos. Argentina rompió la barrera de los cuartos de final por primera vez en 24 años, volvió a estar en el lugar de privilegio que demanda la pasión futbolera de su gente y la alegría es incontenible. Tanto que, por primera vez en lo que va de la Copa del Mundo, los festejos se extendieron a todo el distrito. El epicentro fue frente a la Municipalidad, pero el color y el ruido de la celebración estuvieron presentes en cada esquina. Apenas finalizó el partido se inició una peregrinación celeste y blanca hacia la plaza. Las calles que la rodean colapsaron. Rivadavia y Pedro Lagrave estuvieron tapadas durante varios minutos sin posibilidad de maniobra y, con la ansiedad de llegar al centro de los festejos, el embotellamiento pareció eterno. Algunos, resignados, optaron por abandonar al conductor y acercarse a pie.
Como sucedió con el pase a octavos de final, la Municipalidad aportó su cuota a la celebración. Se desplegó nuevamente una bandera enorme desde el balcón y animaron el inicio de los festejos con unos parlantes que reprodujeron el hit de este mundial: “Brasil decime qué se siente”.
Minutos más tarde, un grupo de simpatizantes del club Manzanares de la Liga Escobarense tomaron la posta con bombos y redoblantes. Empezó la tradicional vuelta a la plaza, el repertorio de cánticos volvió a mostrar la mezcla generacional y hasta se tarareó la introducción del himno nacional, emulando el ritual previo a cada partido.
La retirada se hizo esperar más que en las celebraciones anteriores y con razón. Hicieron falta más de dos horas para desahogarse, para soltar ese festejo contenido durante 24 años y esperanzarse con volver a copar la plaza el próximo miércoles.