Poco después del inicio del actual ciclo lectivo, un viejo problema volvió a hacerse carne en los padres que mandan a sus hijos a las escuelas de Pilar: los robos que sufren los chicos a la entrada y salida de los establecimientos.
Este año, la situación empeoró aún por la situación de violencia generada de las habituales peleas desatadas cada vez más frecuentemente entre alumnos de diferentes instituciones. Una de esas peleas terminó ayer con un joven de 17 años herido de una puñalada en el corazón y con su agresor, de 14, detenido (ver página 11).
Aunque la situación movilizó a la comunidad educativa –incluso hubo una marcha en la plaza 12 de Octubre- las soluciones propuestas aún no comenzaron a aplicarse.
A principios de mayo, docentes autoridades municipales, provinciales y de la Policía, realizaron una jornada de trabajo para lograr mejores condiciones de seguridad.
De allí surgió como iniciativa la diagramación de “corredores seguros”, caminos habituales que realizan los chicos para entrar y salir del colegio a los que se buscaba dotar de mayor vigilancia.
Días más tarde, unas 80 personas se movilizaron para entregar un petitorio a las autoridades. En él, un grupo de padres y alumnos de escuelas públicas y privadas reclamaron soluciones a la gran cantidad de robos y peleas que vienen produciéndose este año en horarios de entrada y salida de los establecimientos.
Esa tarde, un grupo de manifestantes fue recibido por concejales, consejeros escolares y jefes policiales. La respuesta fue similar: elaboración de corredores seguros.
En los últimos, una decena de efectivos de la Comisaría Pilar 1ª de la ciudad se sumaron a las tareas de prevención en la zona más caliente, paradójicamente, la más cercana al centro de la ciudad.
De todos modos, hasta el momento, la implementación de corredores seguros consensuados con docentes, padres y policías, se sigue demorando.